Hace 3 años estaba a punto de convertirme en mamá

Me quedo hasta tarde preparando la fiesta del tercer cumpleaños de mi hijo mayor. Cómo me ha cambiado la vida desde ese día maravilloso, que me levanté a las 2 am con dolores fuertes. Mi esposo me decía: Acuestate que ya se te va a quitar (jua! ahi estan pintados los hombres). A las 3 am llamé al doctor porque el dolor aumentaba. No habia cumplido la semana 38 y la maleta estaba sin acabar de empacar, que angustia!, me dijo que me arreglara y nos encontrabamos en su consultorio a las 4:20 am (tanto!). A las 4:10 salimos de la casa, todavía de noche, sin siquiera imaginarnos remotamente como iba a cambiarnos la vida. Con todo el tráfico de esa hora, nos demoramos 3 min en llegar donde el Doctor. Obviamente no habia llegado y fueron los 10 min más largos de mi vida. La contracciones aumentaban su frecuencia y dolia mucho. Cuando el médico me revisó, ya estaba en 4 de dilatación. No se que me hizo (tacto creo), pero dolió mucho y empezó a salir liquido. «Vamos ya para el hospital» – dijo. No eran las 5 cuando llamé a mi mamá para que cancelara un viaje que tenía, y le dije que no se preocupara (Una llamada a las 5 am de la hija embarazada?, quien no se va a preocupar…), que el bebe ya iba a nacer. Llegamos a la Clinica por urgencias, un poco tiempo nos llevaron a la habitación. A las 6 am ya estaba en la sala de partos. Al ponerme la epidural, el trabajo de parto se volvió algo lento, y a las 9:01 am nació mi bebe. No fue tan «mágico» como esperaba, porque el efecto de la anestesia ya habia pasado, y todo sucedió muy rápido, pero a pesar del dolor y el caos, creo que ha sido el momento más maravilloso de toda mi vida.

Desde ese momento mi vida de antes pasó a la historia. Ahora soy una mamá. Esa hermosa palabra que tiene tantos significados, tantos recovecos y taaaanto tanto cansancio. Nunca leí la letra menuda. El que lo haga se arrepiente. Es como cuando undes el recuadro de «Acepto los términos y condiciones» sin leerlo (casi siempre). Asi llega la maternidad. Lo primero que desaparece es el placer de dormir toda la noche. Desaparece tanto, que casi olvidas que alguna vez sucedió. Luego desaparece «tu tiempo». Tercero, las prioridades. Antes podías comerte la comida caliente, ser el primero en hacer algo, hacer lo que quieras. Ahora no. Pero con esa criatura tan pequeña, que depende completamente de ti para sobrevivir, llega el amor mas grande que existe y existirá en el mundo. Un amor tan grande que uno cree que no puede haber más, pero que increiblemente cada día aumenta. Un amor que hace que prefieras estar empegotada con tu pequeño, a estar viajando por el mundo, comprando la mejor ropa o en un cafe con tus amigas.

Desde que soy mamá, soy otra persona. Ahora pienso más antes de actuar, no puedo hacer algo que no sea digno de mis hijos. Soy mas responsable, más cuidadosa en mi comportamiento, más amable y educada. Siempre pensando en que tengo que darles ejemplo para que sean buenas personas. Ahora rezo más que antes. Tengo que poner en manos de alguien más el cuidado de mis pequeños, alguien más grande y poderoso. Y trato de agradecer cada instante y ser conciente en todo momento de la dicha y el privilegio de tener los hijos más hermosos del mundo y de ser todo para ellos en la vida. La palabra mamá, tiene muchos significados, pero para un hijo, solo uno: todo.

 

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