Hoy me encontré con una amiga un poco preocupada porque a su hijo mañana le harán la cirugía de tubitos de ventilación en los oidos y adenoides. Al contarme traté de ayudarle un poco con su temor, diciendole que es lo mejor que nos ha pasado en nuestra casa. Y no fue por consolarla, realmente lo es.
Todo empezó con la entrada a la guardería. El hijo mayor trae todos los virus que se encuentra a su paso, di tu, como un imán. Y el pequeño, en este caso (o en esta casa) de 6 meses se los chupaba toditos. Como consecuencia, tuvimos aproximadamente 6 otitis en promedio per capita infantil en el hogar en aprox. 3 meses. Y con esa tasa de bichos, no hay antibioticos suficientes, no hay cuerpo que aguante tanto antibiótico y el bolsillo de los papás se ve seriamente afectado (más dinero en medicamentos que en la misma guardería). Además los niños experimentaron todos los antibioticos posibles y existentes, hasta llegar a hospitalización en casa. Pueden creer, un niño de 2 años con un cateter permanente durante 7 días y un bebe de 8 meses con un cateter y apenas empezando a gatear….. eso parte el alma!
Hasta que llegó la maravillosa noticia de que no había más remedio que operar a los niños (y literalmente no había más remedio)…
La cirugía fue nada mas y nada menos que el día de la madre, alguna jugada de la vida para que yo hiciera mi papel de madre con «todos los juguetes». No fue tan duro entregarlos al quirófano por dos razones: La primera, amé a la Doctora que los operó (Maria Isabel Hernandez) y se los entregué con una gran confianza. La segunda, no podía demostrar ninguna emoción pues mientras operaban a uno yo estaba con el otro bebe…
La cirugía fue corta y el resultado maravilloso. No más otitis, las gripas duran poco y no volvimos a comprar antibióticos en el hogar. Espero que se demore bastante para caerseles los tubitos y no entiendo porque no se los pusieron antes, es una bendición!
Un comentario en “Amo la cirugía de tubitos de ventilación”