Hoy recibí un correo en el que nos dan la bienvenida al colegio a nuestra familia y especialmente a Emilio mi hijo mayor. No se si es que amanecí sensible por la mala noche (Por el Crup) o por factores hormonales, pero me dieron unas ganas gigantes de llorar (y no me las aguanté). Es que para mi el que entra al colegio es mi niño, que hace poco, muy poquito acababa de salir de mi barriga, y ahora va a entrar al colegio!!!

Y no se cuando sucedió, pero ya es un niño grande, sabe escribir su nombre, sabe contar hasta 29 sin equivocarse, monta en bicicleta sin rueditas, se pasa una piscina de un lado a otro (por el lado corto), habla todo el tiempo, pregunta todo lo que se le ocurre, come solo, le encantan los libros, disfrazarse de super héroe, pirata, hacer conciertos, tiene amigos, sabe adivinanzas, le gusta el dulce (aunque no le doy), es ingenuo, no sabe decir arriba, sino «abriba», sabe pronunciar la RR perfectamente (después de mucho esfuerzo), le encantan los retos, no le gusta esperar, es acelerado, todo lo quiere para ya (igual al papá y la mamá), no le gusta que le den muchos besos, pero es apasionado en todo lo que hace, le dan rabietas y me amenaza con no volver a ser mi hijo. No se cuando fue que pasaron 4 años y medio, y porqué pasaron tan rápido, porque yo no los he sentido, para mi fue ayer que lo tuve en mis brazos por primera vez y ahora va para el colegio!!!! Mi bebe, que yo a veces todavía lo veo asi: