Aunque esto parezca un titular de una revista, he pensado mucho en este tema pues últimamente he escuchado varios casos alrededor de papás que saben que tienen que hacerlo y no lo logran, y me he dedicado a analizarlos…. Todos los papás se mueren del pesar de quitarles el chupo o el tetero a los bebes, pues creen que su hijo depende de estos objetos, pero creo que en muchos casos en el fondo, lo que realmente tienen es pereza de enfrentar la situación del niño llorando, o teniendole que dar comida en vez de tetero, lo que implica regueros, que no le guste, que se ensucie, etc, cosa que tarde que temprano tendrá que suceder pues nadie nace sabiendo comer solo, de todo y sin regarse.
Entonces, la fórmula mágica para quitar el chupo o tetero de los niño es:
1. Tomar la decisión (no voy a ponerme a discutir, si es mejor al año o a los 2 o a los 5, de eso ya hablé en otro post)
2. Estar SEGUROS de la decisión.
3. Hacerlo (o como diría una famosa marca deportiva «Just Do It»)
Hacerlo, implica ejecutar la acción, o sea, botar el chupo, tirarlo al río, darselo a un animal del zoologico, etc, y respecto al tetero, guardar, botar o regalar los teteros y no volverlos a sacar.
Obviamente en el primer momento, al niño no le va a parecer la mejor noticia, porque todos los seres humanos somos reacios al cambio, pero en un par de días lo aceptará. Aquí es cuando entra la SEGURIDAD de los padres, asi el niño llore, grite, haga pataleta, no se pueden devolver en la decisión, asi haga huega de hambre, con seguridad que de hambre no se va a morir. Si el niño percibe la SEGURIDAD de los padres, va a estar seguro también en que es la decisión correcta y lo va a aceptar más rápidamente. Créanme que los del problema en la mayoría de los casos, somos los papás.