La elección del colegio de un hijo no es nada fácil. Hay muchos factores que influyen, experiencias de otros, nivel académico, lo que tu quieres que tu hijo sea, aspectos más importantes para los padres. Lo más importante en mi opinión, es que los papás visiten los colegios que les llamen la atención, escuchen la filosofía de estos, hablen con papás que tienen los hijos en el colegio, y hagan un balance de lo que vieron versus lo que ellos quieren. Siempre los colegios tendrán fortalezas y debilidades, y es importante conocer las debilidades del colegio que elijas para reforzarlas desde la casa o estar pendiente de esto.
Que no hacer: Dejarse influir por la opinión de personas externas a la pareja, muchas veces la familia o los amigos opinan y no es de su incumbencia opinar, es una decisión de los padres. Siempre para alguien «el mejor colegio» es el colegio donde estan o estuvieron sus hijos y muchas veces termina siendo una discusión innecesaria e incómoda. Tampoco se debe creer en los prejuicios que hay en la sociedad sobre los colegios «que este es muy exigente, que tal otro no tiene buenas instalaciones, que la gente es no se como, etc»… esas cosas es mejor evaluarlas uno mismo y decidir.
Bueno, después de mucho analizar elegimos el colegio para nuestro hijo. Lo matriculamos y empezó a estudiar el 8 de Agosto.
La entrada al colegio fue muy feliz. La mamá durmió poco la noche antes. A Emilio le tocó en un salón en el que sus mejores amigos no estaban. Aparte de eso quedaron casi todos juntos en otro salón. Fué un poco duro para el. Pero afortunadamente nos tocó con la profesora que queríamos, la misma de sus primas, lo cual hizo que se sintiera feliz. También con una amiga de la guardería y el resto no conocíamos a nadie.
Fue una cantidad de nuevas experiencias para todos. Llevar lonchera, montar en buseta y usar uniforme. Pero todo fue maravilloso. El colegio es hermoso y los nuevos compañeros han sido todos muy especiales. También hemos conocido papás y mamás muy queridos, lo cual nos llena de alegría.
La primera semana fue muy pesada pues la jornada se extendió 3 horas más (casi el doble de lo que tenía en la guardería). Llegaba muy cansado y aburrido y no «alcanzaba a jugar nada» en la tarde. Luego se fue acostumbrando y se adaptó. La madrugada en la mañana tampoco fue fácil pero también es algo de acostumbrarse.
Sentirse un niño «grande», «de colegio», no tiene descripción. Cuando alguien les pregunta en la calle donde estudian, el siempre aclara que el es un niño de colegio. Es feliz haciendo las tareas y ha progresado increiblemente en muchas habilidades como por ejemplo dibujar, pintar, el conocimiento de las letras, canciones y palabras en ingles.
Nos hemos sentido de maravilla con las profesoras y me siento totalmente tranquila y feliz de compartir la responsabilidad de la educación de mi hijo con personas con tanto amor y alegría por su trabajo. Más feliz no puedo estar.
Para el hermano menor fue duro estar sin su hermano y muchas tardes llora al ver que todavía no llega. El también quiere entrar al colegio y ser como su hermano, luego llegará su momento.
Emilio ha conseguido muchos amigos nuevos y me encanta que crezca su círculo social. Es muy feliz y llega todos los días contandonos historias de lo que hizo en el colegio, lo que sus amigos hacen o dicen. También se despertó en el una nueva pasión por jugar fútbol.
La experiencia del colegio ha sido muy especial. Todavía no creemos que somos «padres de familia» de un niño que está en el colegio, que hace tan poco nació y que se nos está creciendo más rápido de lo que imaginamos.
Mucha felicidad, aprendizaje y suerte para mi chiquito de colegio!!!