Confieso que antes de tener hijos siempre quise niñas. Quería 3. Soñaba con hacer peinados y pintar uñas, jugar Barbies y hacer vestidos. Siempre fui súper femenina y siempre me han encantado las actividades femeninas. Manualidades, cocinar, peinarse, hablar, estar sentadas, limpias y con cosas rosadas. Nunca me imaginé haciendo algo que me despeinara, que me empantanara y siempre odié sudar (tanto que en el colegio nunca hice educación física y nunca he practicado ningún deporte por mas de un par de meses). Soñaba con mis niñas, rosado, princesas.
Luego sucedió que la vida me dio hijos hombres, y no uno sino dos!!!. No sabía porqué pero lo acepté con amor. Desde que nacieron mis niños entré en el mundo del azul, del mugre, de la brusquedad. Este mundo que me revolcó y me dejó despeinada y feliz.
Los niños no se quedan quietos. Puedes sentar a una niña durante una hora a jugar con una muñeca, un niño no aguanta más de 1 minuto…. mentiras, no más de 30 segundos quieto. Les encanta treparse por todos los muebles, se caen y vuelven y se levantan. Les encanta que los aprietes, que los trates con brusquedad, sus juegos favoritos parecen peleas, les gustan los balones, correr, ensuciarse y si es con pantano mejor. Se caen, se hacen chichones, se raspan, se abren y hay que coserlos, es algo súper normal. Mi casa se convirtió en una cancha de fútbol, les gusta charlar, reirse, son muy inquietos. Los tenis no les duran hasta que les crece el pie y hay que cambiar de talla, pues mucho antes que eso suceda ya estan rotos.
A pesar de mi feminidad, me ha tocado adaptarme a todos esos programas de hombres, aprendí a jugar brusco sin que nadie llore, a jugar a piratas, indios, superheroes, a chutar una pelota. A leer historias de monstruos y no de princesas, a acostumbrarme que mi casa va a estar semi destruida en los proximos años, los muebles y las paredes sucios, a que siempre hay ruido, gritos, risas, a tener a la mano crema para los raspones y golpes. A hacer paseos guerreros, porque a los niños les encanta dormir en carpa y hacer fogata….. y esa fue mi graduación!! porque nunca habíamos dormido en una carpa, yo nunca pensé que alguna vez dormiría en una carpa y lo hice. Dormimos felices, arrumados los 4, sobre el piso duro, con frío y no me importó. Nunca imaginé que yo pudiera llegar a dormir en una carpa y fue delicioso. En realidad lo disfruté.
Mis niños me han enseñado muchas cosas, me han hecho tallarme, hacer cosas que nunca imaginé que yo haría en la vida, aprender a disfrutar cosas diferentes, a descomplicarme, a que no me importe si se empantanan porque se que están disfrutándolo, a que una camiseta está sucia cinco minutos después de que se la ponen, a disfrutar armar una pista de trenes, a permitir algunas pistolas en mi casa, así sean hechas con fichas de lego. Pero lo mejor que me ha pasado con mis niños, es que tengo dos novios que viven derretidos por mi, que me dan besos y abrazos espontáneos, que me miran con amor, que adoran estar conmigo, arruncharse a mi lado, que están enamorados de mi. Y en eso entendí porque en mi destino estaba ser mamá de un par de niños.
Como siempre amo tus escritos
Lo que no pudo hacer el papá, lo lograron los Chicos!!! Besos
Siempre leo tus recomendados y lo q escribes…me gusto mucho este….un abrazo