Todo el que pertenece o ha sido muy cercano a la familia Hinestroza (con s o z) – Tirado (mi abuelo y hermanos) sabe muy bien que son las hojas de dulce. La abuela de mi mamá, llamada Otilia Paredes, decía que en su jardín había una mata que tenía hojas dulces y llegaban a ella unos gusanos muy feos (como casi todos los gusanos lo son) a comerse esas hojas. El término «alguien come hojas de dulce» surgió entonces para contar de manera cariñosa y prudente, quienes en la familia (o fuera de ella también) no eran muy agraciados por su belleza física…
Por ejemplo:
-«Fuiste a conocer al hijo de Tal?»
– «Sí»
– «Y cómo está?»
– «Pues bien, aunque ha comido un poco de hojitas de dulce»….
La verdad es que en mi familia casi todos hemos comido hojitas de dulce en algún momento de la vida. Casi todos los niños recién nacidos, aunque a la mamá no les parezca, hacen una pequeña degustación, y durante el crecimiento todos por muy lindos que sean, las tienen que probar. Hay familias que gustan más de estas y hasta tienen sus propios cultivos en el jardín de la casa para sazonar todas sus comidas. Hay gente que come pequeñas porciones y otros que son su alimento principal. Hasta exportaciones se han realizado, gente que se come todas las de la familia, dietas a base de estas, gente que las prueba pero luego las vomita… de todo se ve en cuanto a las hojas de dulce. (Aclaro, no es algo que se coma, es solo un decir)
- «Como siguió la niña de Peranita? Siguió muy embutidita?»
- «No, ya las está vomitando…»
En esta familia, que por cierto ya es muy grande, es un tema muy frecuente y todos humildemente reconocemos cuando nosotros o los hijos hemos comido. Por ejemplo yo en varios momentos de la vida las he probado, alrededor de los 14 comía bastantes (aunque mi papá diga que no) y reconozco que mis hijos en algún momento las han probado, poquito pero han comido. Es raro ver alguna persona que nunca las haya probado pero casos se ven, particularmente en mi familia Hinestroza Orozco hay una niña que no las ha ni olido (muy generosa le da las que le tocan al papá) y otra que solo en algún momento probó pero ni nos acordamos.
El asunto de las hojas de dulce es algo súper divertido que nos toma largos ratos de las reuniones familiares y que lo manejamos con mucho humor. Es una manera de recordar a nuestra abuela, bisabuela y tatarabuela y se ha convertido en una tradición y un código familiar que solo nosotros entendemos y que nos sirve para burlarnos de nosotros con cariño, manteniendo el humor y buena actitud que caracteriza a esta familia tan especial. Decidí compartirlo, no solo para que vean como nos divertimos sino para que las nuevas generaciones de nuestra familia la conozcan y no la pierdan. Y para que todos y cada uno que lea este artículo se pregunte… habré probado las hojas de dulce?