Esta es una historia hermosa. Y para mí es mágica.
Todo comenzó hace aproximadamente 30 años cuando conocí a una niña en la guardería. No tengo demasiados recuerdos porque estaba muy pequeña, pero si se que tenía un par de amigas ahí. Cuando terminó la guardería y entré al colegio no volví a saber de mis amigas de la guardería y ahí terminó la historia para mi. Por lo menos eso pensé…

Luego sucedió que mucho tiempo después cuando entré a la universidad, una de mis mejores amigas empezó a estudiar medicina y tuvo una barrita de amigas, a las cuales conocí porque eran amigas de mi amiga. Las vi un par de veces y me sabía sus historias por mi amiga. Más adelante a una de ellas me la encontré en facebook y nos hicimos «amigas», pues ella había tenido una hija cerca a cuando tuve a mi primer hijo. Como las mamás nos «atraemos», sobre todo cuando tienes hijos muy jóven y tienes pocas amigas con hijos, yo seguía sus publicaciones y seguramente ella las mías, pero hasta ahí.
Seis años después me enteré que ella se había venido a vivir a Medellín (antes vivía en otra ciudad) y que estaba en proceso para entrar al colegio de mis hijos. Me pareció muy rico pues la conocía pero en realidad no eramos muy amigas, solo era «la amiga de mi amiga» que yo seguía en facebook. Un día me la encontré en el colegio de los niños, al parecer su hija ya había empezado y estaba en el mismo grado de mi hijo, entonces otra amiga, que era más cercana a ella me dijo que salieramos a almorzar para integrarla con las mamás del colegio. Ese día en la tarde, despues de haber salido a almorzar, yo estaba en mi casa muy tranquila y alguien con un número desconocido me saludó por whatsapp (no tenía el teléfono guardado en mi celular) y empezó a enviarme fotos en las cuales salía yo cuando estaba chiquita en la guardería junto con otros niños. Yo no entendía que pasaba, le dije: «Quien eres?»  y me dijo: «Soy Juliana M», yo le dije: «Eres la Juliana que ví esta mañana?» (Seguía sin entender porque esa persona me mandaba esas fotos), me dijo «sí»…. En ese momento me quedé helada y tuve que sentarme y lo conecté todo, vi bien las fotos y me di cuenta que esa carita pequeña de la foto era la misma persona que yo había conocido (o reconocido), que era «la amiga de mi amiga», que la había seguido en facebook y que había entrado al colegio y hasta ese momento yo NO SABíA que era mi amiga de la guardería!!!! No pude hacer más que sentarme a llorar. Lloré y lloré, de sorpresa, felicidad, nostalgia, todos los sentimientos mezclados, encontré una amiga de la guardería después de 30 años, o a decir verdad ella me encontró a mi.
Para rematar este año escolar los hijos quedaron en el mismo salón y volví a derramar unas lágrimas cuando Juli me dice un día de fin de semana que su hija le dice: «Mami, tengo un amigo nuevo en el salón, se llama Emilio y quiero que averigues quien es su mamá y que te hagas amiga de ella para que lo invitemos a jugar…» , pueden creerlo!!!??
Ahora Juli y yo somos muy amigas, los niños también, felices de habernos reencontrado y también lo han hecho nuestras mamás y hemos podido compartir algunos momentos. Ella siempre supo que yo era yo pero no sabía que yo no sabía que ella era ella… jaja, en fin, ha sido una de las mejores y más mágicas historias que he vivido en los últimos tiempos. Aquí comparto un par de fotos de nosotros hace 30 años y hace pocos meses.

Juli en vestido verde y yo en vestido rosado claro

Nosotras y los hijos en el colegio.

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