Teoricamente la palabra herencia se refiere a lo que una persona que se muere le deja a sus descendientes. También se usa esta palabra para definir las características genéticas que podríamos obtener de nuestros antepasados. En mi familia la palabra herencias ha adquirido un nuevo significado al referirse a las cosas que una persona pasa otra porque ya no las va a usar más y que están en muy buen estado. Dentro de cosas podemos incluir ropa, zapatos, juguetes, muebles, libros, etc. Todo esto pasa entre primos de una generación a otra y lo damos y recibimos con mucha alegría. En la cultura paisa (en la que vivo) se valora el ahorro y el cuidado de las cosas y esta costumbre hace parte de permitirnos aprovechar bien las cosas que tenemos, además muchas veces los niños dejan objetos en muy buen estado, porque crecen rápido, los usan poco o son muy finos y da pesar botarlos sabiendo que sus primos pueden continuar con el uso de estos. En mi familia se ha creado una cadena de herencias, las cosas pasan entre hermanos y a primos y vemos en los más pequeños las cosas que habían pasado por los nuestros.
Recibir una herencia da una gran alegría a la mamá, pues son cosas en muy buen estado y además uno hace un ahorro en cosas que ya no va a tener que comprar, o sea, algo bueno, bonito y gratis. Pero la felicidad de la mamá no es nada en comparación a la de los hijos, a ellos les encantan las herencias. Tener algo de uno de sus primos mayores, que por lo general son sus ídolos, es como si les llegara una pieza de colección de un súper héroe. Hace poco mis hijos recibieron un camarote que era de sus primos Tommy y Sai, que cambiaron de cama porque ya están muy grandes. Mis hijos están felices porque tienen un camarote «nuevo», no los había visto tan felices con algo que les regalaran. Jero mi sobrino menor también recibió herencias de Martín el primo y al otro día se levantó a muuy temprano a pedir que lo bañaran rápido para poder estrenarse la camiseta de Batman que le dió Martín «tan querido».
La herencias son algo que se ha usado en la familia hace mucho y se que en muchas familias también se usa. Poder darle una larga vida a los productos también hace que hagamos nuestro aporte al planeta, pero lo más importante es que son objetos cargados de recuerdos y de amor. Uno ve a los más pequeños con la camisa o las botas que fueron de sus hijos y recuerda esos momentos tan hermosos vividos con sus pequeños que ahora los están viviendo las primas o hermanas, es hermoso. Dar y recibir herencias es muy divertido, nosotros nos reímos y hasta le decimos a las mamás de los más grandes: Cuida mucho esa chaqueta, esas botas, esa bicicleta, pues sabemos que algún día llegará.
El tema de las herencias es delicioso, nos alegra la vida, nos hace compartir, apoyarnos y reforzar los lazos familiares. Pensar en los otros, ver nuestros recuerdos en los más chiquitos y constriur historias a partir de los objetos. Maravilloso.
Que buen artículo y cuanta razón tienes. Aprovechar ropa, juguetes, incluso muebles de unos hermanos a otros es parte de lo que ahora se conoce como «economía circular». Precisamente aprovechar las cosas que aún sirven en vez de tirarlas a la basura y comprar otras nuevas.
Pero cuidado, a veces también es conveniente que los hermanitos pequeños estrenen cosas, sino, tarde o temprano acabarán reclamándolo.
Me ha parecido un artículo muy interesante, enhorabuena por vuestro blog.