Hay un refrán por ahi que dice: Nunca digas de esta agua no beberé… y ahora veo que la gente que se inventa los refranes es tan sabia!!! y creo que el que lo dijo era una mamá con muchos años porque de las cosas que más nos pasa a las mamás es tenernos que tragar enteras nuestras palabras. Muchas veces creemos que somos dueños de la verdad absoluta o dicho de otra manera, que de la forma en que yo lo hago es la única y la mejor manera en que se puede hacer. Esto lleva por añadidura y deducción, que como las otras lo hacen (diferente a mi), no es la mejor manera y comenzamos a decir: «Yo nunca voy a darle a mi hijo….., Yo nunca voy a dejar que mi hijo haga…» así como todas llenas de propiedad y con tanta seguridad, que si pudieramos dejarlo por escrito en una notaría lo haríamos. Afortunadamente no fui a la notaría y muchas veces ni lo dije muy abiertamente (para evitarme la humillación al luego haber cambiado mis enfáticas afirmaciones). Tal vez lo pensé, juzgando a otras mamás o papás, haciendo cosas que para mi eran horribles y que yo nunca jamás de los jamases lo permitiría para mis hijos, y como lección, terminé dejando que sucediera o haciéndolo.
Comparto algunas de las cosas que dije o pensé que nunca sucederían en mi maternidad y terminé por tragármelas:
- Permitir armas de juguete.
Odio las armas, odio la guerra, no veo el noticiero, no me veo ni siquiera películas donde haya bala o sangre y siempre me pareció horrible que los niños tuvieran armas para jugar. Pero varios factores jugaron en contra: mis hijos son hombres (los hombres no se porqué, si será genetico o que, aman las armas), segundo, todos los ídolos que tienen en su infancia son héroes que luchan (o sea guerra), por algo. Para esta lucha necesitan «armas», así sea el chipote chillón del Chapulín colorado, pero terminan siendo armas. En mi caso comenzamos por espadas (arma blanca, no de fuego, por ahora iba bien), pero luego terminaron inevitablemente con pistolas Nerf de balas de espuma. Otro factor importante que influye en el consumo de este tipo de juguetes es el medio, por un lado los amigos ya tenían y cada vez que mis hijos iban a sus casas salian súper antojados y segundo, en las tiendas, televisión, catálogos, en todas partes ven las armas de juguete para niños. Yo no se las compro pero terminé permitiendo que se las den. Cómo lo he manejado? Busco que el juego sea más tipo «tiro al blanco» que a dispararse entre ellos (balacera), pero no siempre lo logro, lo peor es que los hombres grandes cercanos (tíos, primos mayores o amigos míos) son los que más disfrutan estos juguetes con mis hijos y hacer unas batallas muy divertidas (la verdad). Mi consuelo: Espero que estén «quemando» la goma de este tipo de juguetes, como lo he visto en mis primitos más grandes, los tuvieron, los disfrutaron, crecieron y ya no más armas.
- Oir reguetón
Me encantaba cuando ibamos en el carro con los niños y escuchábamos música de Cantoalegre, todos cantábamos esas letras tan hermosas que me transportaban a muchos momentos de la vida, los niños se bajaban y yo seguía con las canciones pegadas, lindas y felices. Yo veia a mis tios con sus hijos más grandes oyendo una música horrible (reguetón y electrónica, no me se más nombres) y me estremecía que eso tuviera que suceder…. Ahora los niños han crecido y fuimos cambiando el repertorio del carro a música que nos gusta a los papás, Andrés Cepeda, música en inglés, rock suave, etc. Todo iba bien hasta que llegaron los niños con «ideas» del colegio, «Mami, pon tal canción…» y empezaron a entrar a mi playlist artistas como J Balvin, Maluma, Nicky Jam, Sebastian Yatra, todo lo que está de moda… Ahora me toca mezclar MI música con LA de ellos. Fatal. No quiero imaginarme como irá a ser cuando entren a la adolescencia - Desencartarme poniendolos a jugar ipad o ver tv.
Siempre me pareció horrible que los papás usaran el ipad, el celular o la tv como herramienta de entretención de los hijos sobre todo cuando querían desconectarlos un poco o sea, desencartarse de ellos. Me parecía horrible ver mesas en los restaurantes con los niños pegados de los aparatos y todos sin conectarse entre ellos, pareciera que estaban encartados con los hijos y querían deshacerse de ellos por un rato. Y si, es verdad. Yo creo que si los hijos tuvieran un botón de pausa uno lo apretaría de vez en cuando, huy sería tan delicioso…. Los hijos son divinos y uno los adora, pero cansan. Cansan bastante (recuerden que tengo dos hombres uno de 6 y otro de 7 años). Eso sin contar que uno a veces se acostó tarde, tiene dolor de cabeza, está estresado o cualquiero otro factor externo que tienes que enfrentar, a eso súmele los niños a veces muy inquietos. Por eso, aunque parezca que somos malos papás, que no nos queremos conectar con los hijos o que no nos los aguantamos, recurrimos a estos aparatos para ponerlos en pausa y poder respirar tranquilos. De esto no hay que abusar, hay que buscar ratos con los hijos, hablar, leerles, jugar. Confieso que a veces todavía me siento mal cuando ellos se quedan toda la tarde viendo tele pero también se siente como un «fresquito», los papás también necesitamos un espacio tranquilo. - Darles comida no saludable.
Me encantaría poder tener siempre la disposición, el tiempo y el mercado para preparar a mis hijos comidas sanas y deliciosas. Pero desafortunadamente no es así. A veces toca comprar cosas que sabemos que es pura comida «chatarra», que no los va a alimentar y que puede hasta hacerles daño. La clave es el equilibrio y no caer en excesos de comida no-saludable. Los niños disfrutan mucho la comida chatarra y es un desvare cuando uno no puede acceder a algo más sano. También sucede con los dulces, aunque quisiera no darles nunca a veces no queda más remedio. Veo muchas mamás sobre todo de bebés que dicen: «Mi hijo nunca comerá un dulce, no les voy a dar nunca Coca Cola, no comerán embutidos, nada que manche la lengua y el intestino.» Amigas, mejor calladitas, yo pensaba igual. Sigo tratando de proporcionar una alimentación lo más sana posible, soy hasta medio obsesiva, pero imposible que sea siempre.
- Perder el control
Esta es la cosa que más nos cuesta a las mamás. Y es porque casi nunca lo vemos en otras, casi siempre sucede en privado. Por eso creemos que somos las únicas que en algún momento les gritó, los apretó o les dijo algo a los hijos que a los 3 segundos se arrepintió. En contra de todos los manuales de disciplina positiva, de crianza con amor, parecieramos las más brujas del planeta. Perder el control con los hijos es una de las cosas que más remordimiento da y creo que ese remordimiento es útil para que poco a poco aprendamos a respirar, a contar hasta 5 (no dá hasta 10) y la próxima vez a controlar ese ogro que se quiere salir. Es algo que nunca hubiera querido que pasara, pero como le digo a mis hijos: «Yo también estoy aprendiendo a ser mamá, antes de ustedes no había sido» y aunque ellos a veces me responden «pero lo estas haciendo muy mal» yo se que cada vez lo haré mejor, o por lo menos eso espero.Como ven, en el camino de ser padres nos equivocamos mucho. Juzgando, diciendo cosas sin saber y asumiento algo que no sabemos como irá a ser cuando nos toque. El medio influye mucho en los niños, no podemos vivir en una burbuja y tenemos que aprender a manejar cada situación de una manera que nos permita vivir tranquilos. Seguramente me seguiré equivocando en este camino y por medio de esos errores cada día aprendiendo a ser una mejor persona y una mejor mamá. Por ahora estoy mirando que no voy a hacer cuando sean adolecentes, jajaja, mentiras, esperemos que llegue el momento.
Buenisimo!!!! Naty me diviertes mucho y me identifico plenamente! Gracias!!!!