Este es mi octavo año que celebro el día de la madre. Durante estos años de celebración he asumido diferentes posiciones, antes me fascinaba y luego me dejó de gustar un poco… todavía no se si si es bueno el día de la madre, hay cosas buenas y cosas que preferiría evitar…
El día de la madre es algo que se vuelve algo extremadamente sensible cuando uno es mamá. Es como si fuera la lucha por los derechos humanos, el aborto o la marcha del orgullo gay. Uno es mamá y se siente dueña y señora del día de la madre. Y pues, sí, con todo su derecho, ya que este título nos ha costado demasiados sacrificios, perder nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestras curvas, nuestra vida, dar todo a otro ser humano y sentir el amor más grande del planeta. Algo que a nadie más nunca le pasó. Bueno, a nadie más que no sea mamá…
El día de la madre nos recuerda que somos mamás, algo que no se nos olvida ni un día de la vida, pero además, más que recordarlo, es un reconocimiento, es el momento en que alguien te dice: “Ey, lo estás haciendo bien”.
Y ese reconocimiento nos cae de perlas. Porque en realidad ser mamá es muy rico, pero también algo difícil y cada vez más retador. Todo el tiempo buscamos hacer nuestro mejor esfuerzo, pero nos equivocamos tanto!
Personalmente el día de la madre ha sido difícil de tragar. Es como lo que le pasa a mi primita María con la navidad, que nunca le gustó mucho el regalo del Niño Dios. Como que sí, pero como que no… El día de la madre es como algo bueno pero también maluco. Difícil de entender, no?
Lo bueno del día de la madre para mí es:
- Los regalos: Y es que yo soy tan antojada!! Un par de semanas antes del día de la madre empiezo a hacer listas mentales de antojos. Mi esposo deja casi siempre el regalo para última hora (como la mayoría de hombres), pero yo he descubierto que a pesar de que me gustan las sorpresas, me gusta más escoger! Entonces no tengo problema en irme una tarde (casi siempre el día antes) a medirme cosas como una reina, con el séquito detrás. Preparo mi lista de antojos y vamos a comprar el regalo. Los niños se portan horrible pero ni eso me importa, lo disfruto mucho. Yo realmente me hago la sorprendida cuando me lo dan.
- Los abrazos y besos de mis hijos: Eso es lo que más me gusta el día de la madre y el resto de días del año. No lo cambio por nada.
- Las tarjetas: Es divino lo que hacen en el colegio o en la casa, con su letra, sus palabras, su mala ortografía y dibujos de niños. Esto supera todo.
- Ser la reina de la casa: Me hacen el desayuno, que delicia un domingo que no tengo que hacer el desayuno, no tiendo la cama y me atienden… es buenísimo. El “trabajo de mamá” se reduce, digamos en un 10%, jajaja!!…
A pesar de esto, todo no es rico, para mi lo maluco del día de la madre es:
- Los compromisos: En cada familia hay varias madres, entonces toca ir a la celebración, lo peor es que se debe compartir el protagonismo del día de la madre con muchas y deja de ser tan chévere. La comida no le gusta a los niños, a veces no son tan queridos como uno quisiera, en fin, se hace un poco de fuercita…. Es muy rico ver a la familia y estar con las abuelas, las tías, la mamá, hasta la suegra, pero tener que correr de un sitio para otro, acosar a los niños, estar estresado porque llegamos tarde, porque los niños no saludaron, porque ya estamos tarde para el siguiente compromiso… hace que estos encuentros dejen de ser tan divertidos.
- Las filas: Ir a un restaurante a hacer fila me parece más bien aburridor. Y si es con músicos tipo trío peor aún. Para mi no hay nada como la tranquilidad de mi hogar.
- El formalismo: No me parece que el día de la madre tenga que ser un día “elegante”. Preferiría que no hubiera que hacer nada, quedarse en pijama, ver películas en la cama, hacer un picnic por ahí, algo como salido del libreto. Será que algún día lo logro?
Ahora que soy dueña del día de la madre, y que me toca compartirlo con tanta gente, desde el año pasado tomamos la decisión de seguir la idea de mi amiga Caro Hernandez de Amo ser mamá, de celebrar mi día una fecha diferente. Así, el día oficial de la madre lo celebro para mi mamá, para mi suegra y mi abuela y luego decretamos otro día, casi siempre el fin de semana siguiente para que sea MI celebración. Así, no me siento tumbada en el día de la madre y se vuelve más como una doble celebración.
A pesar de los compromisos, el afán, las cosas que no nos gustan, el día de la madre sigue siendo el reconocimiento más especial a la persona más especial del mundo. Esa que además de traernos al mundo, que por duro que sea es lo menos duro de todo, nos entrega una cantidad tan grande de cosas, que es imposible enumerar.
Ser madre es el acto de amor más grande que existe, y es sentir el amor más grande que nunca se pudo imaginar, es que cada cosa en la vida tenga otro significado, es darlo todo sin recibir nada y sin que te importe. Es que tu mayor felicidad sea una sonrisa, es que cada día haya una sorpresa, es que le das gracias a Dios cada segundo del mejor regalo de todos los que siempre recibirás el día de la madre: tus hijos.