¿Dónde está el Niño Jesús?

De las cosas más lindas de la navidad es la ilusión de los niños con la llegada del Niño Jesús o en algunos casos, Santa Claus o Papá Noel. En realidad no importa cual es el personaje pues más allá de si es un bebé o un señor gordo vestido de rojo, lo bonito es lo que representa. Y esa ilusión hermosa de todos los niños, que en un momento llega a cuestionarse y a pensar que no existe. Hay miles de películas que hablan de eso y miles de niños que se preguntan cada día en navidad si creer o no creer. Aquí les cuento la historia de como lo abordé con mi hijo mayor. 

La ilusión del Niño Jesús trayendo los regalos en la noche del 24 es una de las cosas más bonitas y mágicas de la Navidad. Aunque todas las familias tienen costumbres y creencias muy diferentes, la mayoría de los niños tienen esa gran ilusión de que sus regalos soñados lleguen del cielo de manera inexplicable.

Por lo general, los papás que tuvimos esa ilusión, cuidamos y conservamos la tradición de la llegada de los regalos a los niños. Muchos aparecen en el árbol, otros en la cama, otros por ahí escondidos. Los pequeños no ven la hora de que llegue la noche del 24 para recibir eso que tanto pidieron y que llegó como por arte de magia.

A medida que los niños crecen y su cerebro madura y además, con tanta interacción social en el colegio,  llena de versiones diferentes a cerca del «misterio» de la navidad, llega un momento en que los niños comienzan a racionalizar el tema y empiezan a preguntarse que será verdad y que no. 

Siempre he sido partidaria de que los niños deben saber todas las verdades en el momento que consideremos adecuado y que los padres debemos ser quien les demos esa primera información, con las explicaciones correspondientes, con las ideas y conceptos que queremos implementar en ellos y no que sean sus amigos o gente de afuera quien les cuente,  pues corremos el riesgo de una mala información o explicaciones inadecuadas. 

Y tristemente  (o «realísticamente» como dirían mis hijos), para todos los padres, llega el momento «de la verdad» cuando comienzan con las preguntas a cerca de la navidad y sus misterios.

Esto no tiene un momento fijo o una edad. Todos los niños maduran a ritmos diferentes y piensan diferente, por lo tanto, el momento puede variar. Yo he tratado de prolongarlo lo máximo pues me parece hermosa esa ilusión, pero cuando la realidad es evidente, es mejor abordarla de una vez.Eso fue lo que pasó con Emilio. Me di cuenta que ya era el momento. Después de saberlo, de sentirlo, pensé cómo se lo iba a decir. Sabía que existía por ahí una carta que se usa para ese tema, la busqué y la leí. Pero luego pensé que esa carta la escribió alguien más para su hijo y no era exactamente como yo pensaba que debía decírselo. Por eso decidí escribir mi propia versión. Busqué un momento adecuado en que estuviéramos solos (sin el hermanito) para hablar.  Le dije: «últimamente te he escuchado hablar a cerca del Niño Jesús y de los regalos de navidad, quiero que me digas tú que piensas» … El me miró y me dijo: » Yo si creo mami, pero no se, hay algo que no sé» … Le dije: «No entiendes como un espíritu reparte regalos por todo el mundo volando en una noche?» y me dijo: «Exactamente», a lo que le dije:

«Quiero que leas esto»:

Hoy es un día muy importante. Tienes 10 años y eres un niño muy inteligente y especial. Cada día estás más maduro y entiendes mucho mejor lo que pasa en el mundo, la lógica de todo, cómo funcionan las cosas. A medida que uno va creciendo el cerebro va aprendiendo y entendiendo más sobre la realidad que lo rodea. Por eso queremos hablarte de algo que es muy importante y especial y es la magia de la navidad. Hace más de 2 mil años el Niño Jesús nació en un pesebre (es un hecho real) y vino al mundo para enseñarnos muchísimas cosas, como aprendiste en la primera comunión. El, más que todo vino a enseñarnos que lo más importante en la vida es hacer las cosas con amor. O sea, cada vez que nos relacionemos con alguien, cada vez que queramos tomar una decisión, cada vez que estemos bravos con alguien, buscar poner amor ahí.  

La navidad es una época para celebrar la venida de Jesús al mundo, lo vemos como un bebé porque a todo el mundo le encantan los bebés y despiertan que? AMOR. Es una época para que la gente haga una parada en su vida, en su rutina, en el estrés y el afán de lo que hacen cada día para mirar lo afortunados que son, toda la gente linda que los rodea, toda la salud que tienen, todo el amor que hay a su alrededor. Y ahí está el Niño Jesús en todo ese amor que hay en la navidad. 

También está en la vida de nosotros todo el tiempo. No es verdad que el Niño Jesús nos da regalos el 24 de Diciembre… Él nos da regalos cada día. Porque, quien ayuda a que tengamos un sol hermoso, a que oigamos a los pajaritos cantar, a que nazcan bebés, a que la gente encuentre a alguien que la quiera o que la ayude, a que se hagan realidad los sueños, a que tengamos ideas felices? Todo eso es obra de El. Porque El nos acompaña todo el tiempo.

Entonces qué pasa con los regalos que nos llegan mágicamente el 24? Obvio que vienen del Niño Jesús, porque el es el que hace que todo suceda, que todo salga bien, pero el no es quien los pone y quién los compra. Son las personas que El eligió para cuidarte todo el tiempo y velar porque seas feliz.  Porque es el Niño Dios el que te dio el gran regalo de nacer en esta familia y de tener unos papás que te aman, que cada día se levantan a trabajar por ti, para que seas un niño feliz y para que tengas todo lo que necesitas para ser un hombre bueno, para que aprendas, para que disfrutes tu vida.

Por eso es el Niño Jesús quien hace que recibas tus regalos, es quien hace que tus papás puedan darte todo lo que consideran que es bueno para ti. La magia del amor y de la navidad hace que soñemos con ese día, y siempre será así. No dejes de creer en el Niño Jesús nunca. Y sabes que al tener esta información debes ser responsable y no hablar esto con los más chiquitos, pues tenemos que ayudar a que los niños siembren en su corazón el espíritu de la navidad, el amor y la magia del Niño Jesús. Recuerda, el siempre está detrás de todo.

Luego de que la leyó me quedé mirando a ver que decía. Le dije: «Qué piensas?»  y me respondió: «Eso era lo que me imaginaba….» 

No estaba triste, no tenía rabia. Creo que fue el momento adecuado y el sintió también la responsabilidad de la confianza depositada en el. Después me hizo un par de preguntas más de logística y de cómo sucedía seguido de afirmaciones en las que se explicaba porque El Niño Jesús si existía: «Mira que Pedro le pidió un bebé y nació Jero», «Mira cuando le dijimos que queríamos conocer la nieve y pudimos hacer el viaje«.

La verdad fue hermoso porque creo que entendió el mensaje como yo se lo quería dar.

Desde ese día, que fue hace más de una semana, no se ha vuelto a tocar el tema. Su hermano si habla de eso pero Emilio se queda callado. No dice ni que si ni que no. Siento que mi hijo va madurando y entendiendo muchas cosas y esa tristeza inicial se convierte en orgullo y tranquilidad de poder darle la información correcta cuando siento que el ya lo necesita. 

2 comentarios en “¿Dónde está el Niño Jesús?

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