Una de las cosas más retadoras de criar a dos chicos en edad preescolar es cuando ellos se empiezan a dar cuenta que son un ente independiente y como tal toman sus propias decisiones, eso empieza alrededor de los dos años… Y lo hacen para demostrar que ellos tienen el control, que ya no siempre hacen lo que quiere la mamá, así sea algo loco o ilógico, no importa la lógica, solo importa que la decisión vino de ellos. Empiezan con cosas como «no me quiero comer eso» o «esa ropa no me gusta» o no quiero tal cosa, no quiero tal otra, no, no y no!
Los papás empezamos a ofuscarnos y a perder la paciencia pues nos toca empezar a librar pequeñas batallas con los niños, de las cuales muchas veces salimos desgastados pues se vuelve una lucha de poderes en la que nadie sale ganando. Cuando mis hijos estaban en la guardería, aprendí una frase que me ha ayudado cantidades y me sirvió para voltear un poco las situaciones, dejando que los niños sientan que tienen el poder pero dentro de los límites que nosotros queramos como papás. Es la frase: Tu decides…
Cómo actuar cuando los niños quieren el poder?
1. Lo primero es entender que no es algo personal sino algo normal dentro de su proceso de desarrollo. Esto nos ayuda a que no nos de rabia o no nos ofusquemos. Ellos lo hacen porque están aprendiendo a ser autónomos e independientes, no porque quieran pelear con nosotros. Entonces a partir de esto, permanecer calmados (no es nada fácil).
2. Darles opciones para que ellos tomen la decisión y sientan que realmente se hizo lo que ellos quieren, pero las opciones no deben ser muchas (dos, máximo tres) y deben ser cosas que nosotros consideremos correctas. Por ejemplo: «Cual de estas dos camisetas te quieres poner?». Cuando no hay dos opciones, en casos en que tengan que hacer algo que no sea negociable, por ejemplo: «No me quiero poner zapatos!!», (el niño no puede salir descalzo a la calle) que esas dos opciones sean asumiendo que se pone los zapatos, en vez de decirle «ponte los zapatos», decirle, «cual zapato te quieres poner primero, el derecho o el izquierdo?»…, así, ellos toman la decisión pero dentro de los límites que nosotros como papás decidimos.
3. Comunicarles las consecuencias de sus decisiones: En niños más grandes, cuando ellos toman una decisión con la cual no podemos pelear, por ejemplo: «no quiero comer» (nosotros no podemos embutirles la comida por la fuerza), simplemente se les puede decir: «Tu eliges si quieres comer o no, pero ya sabes que si no comes, vas a tener hambre ahora y no puedes comer nada hasta la siguiente comida», o «Si sigues brincando ahí ya sabes que te puede aporrear y eso te va a doler», «Si te portas mal en el parque, vamos a tener que irnos porque estás molestando a otros niños» y aquí es donde viene el Tú decides…. «Tu decides si quieres tener hambre o comer», «Tu decides si quieres estar en el parque o subir». Ahí el comportamiento y la consecuencia queda en manos de ellos y ellos saben que si siguen haciendo lo incorrecto, van a sufrir esa consecuencia.
4. Es importante tener en cuenta dos cosas:
Primero, la consecuencia (esto es lo que antes se llamaba castigo) debe ser lógica y relacionada con el mal comportamiento:
Ejemplos:
-No comer el almuerzo: No puede comer nada en la tarde hasta la comida, no puede comer dulce porque como no comió bien, le puede doler el estómago. Esto hay que explicarselos a ellos para que entiendan el porqué y la lógica.
-Pelear con otros o ser grosero: Se retira o se aisla porque le puede hacer daño a otros niños.
Esa consecuencia debe ser de acuerdo a la edad de los niños, en los más pequeños algo corto e inmediato, ellos todavía no tienen mucha noción del tiempo.
Segundo, hay que cumplir la palabra y ser firmes con lo que les dijimos, esto quiere decir que no vamos a «amenazarlos» con cosas demasiado grandes o que no podemos cumplir: «Si sigues comportandote así, te vas a quedar sólo en la casa!» (es imposible dejar a un niño pequeño solo en la casa). Y lo que decimos hay que cumplirlo, pues sino, perdemos credibilidad ante los niños y si que menos nos volverán a hacer caso más adelante.
En las últimas semanas he estado haciendo un curso de crianza en el colegio de mis hijos y he aprendido muchas cosas y he reforzado otras como esta. La verdad me ha funcionado mucho, y realmente la frase «tu decides» acompañado de las opciones correctas ha sido casi mágica con mis hijos.