En mi país, en muchos hogares existe una persona que ayuda con las labores de aseo, orden y alimentación. Comúnmente se le llama empleada doméstica, pero más que una empleada termina siendo un miembro más de la familia, pues convive permanentemente con todos, vive bajo el mismo techo y termina involucrándose totalmente en la vida familiar. En mi casa no hay empleada doméstica. Muchos piensan que es imposible vivir sin ella. Pero no.
Durante los últimos 10 años tuve a alguien que nos ayudaba en la casa. Esa persona en realidad fueron muchas mujeres que nos acompañaron colaborando con el aseo y el orden del hogar, unas con buenas experiencias y otras con no tan buenas. Seguir leyendo