Disfrutando la infancia media de mis hijos

Las mamás casi siempre nos soñamos el bebé para cargar, vestir y arrullar, pero esos bebés crecen y ahora se vuelven niños grandes. Se acaba el sueño? Yo ahora ando disfrutando la infancia media de mis hijos, como algo nuevo, que desconocía totalmente y muy divertido.

Yo pensaba que la mejor etapa y la que más iba a disfrutar con mis hijos era cuando eran bebés. Los bebés son deliciosos, tiernos, son de uno. Es una dicha. Es lo que todas las mamás que somos como Susanita la de Mafalda hemos soñado toda la vida. Un bebe para bañar, vestir, arrullar, besar. Pero la frase trillada de «ellos crecen muy rápido» se hizo realidad en mi vida y ahora mis hijos ya tienen 8 y casi 7, ya son niños grandes. Por lo tanto, esa etapa romántica de la maternidad, la que siempre soñé, ya pasó. Como cuando dicen: «Te quedaste sin bebé». Así es. Seguir leyendo

Nuestra primera mascota

Me encantan los animales, son divinos, pero nunca he sido la más fanática de una mascota en casa. Me parece que requieren un cuidado especial, una inversión extra y trabajo adicional, por lo que así como las mujeres que no quieren tener hijos, no me ha llamado la atención una mascota para mi casa, por lo menos mientras viva en un apartamento con un espacio limitado. Se que el amor que se siente por las mascotas es increíble y lo veo en todas las personas cercanas que tienen perros o gatos, se que se quieren como hijos y se que despiertan una ternura increíble. Pero por ahora opté por tener y cuidar niños y no animales.
Pero mis hijos no piensan igual. Sobre todo mi hijo menor ama los animales, es un niño muy sensible y siempre ha vivido antojado de un perro. Yo le dije que el día que no vivamos en apartamento podrá tenerlo, pero después de la caída de su primer diente nos puso el ultimatum: «Con la plata del Ratón Pérez me quiero comprar, un perro, un gato o un hamster». (No crean que el Ratón Pérez es Rockefeller, lo que pasa es que Pedro todavía no tiene mucho entendimiento en el tema de proporciones con el dinero)… Seguir leyendo

Afuera de mi zona de confort.

Tan rico estar en la zona de confort. Es como estar en una balsa bonita, por un río tranquilo, viendo un paisaje hermoso, sin frío, sin calor, en un colchón suave y con cobijita. En la zona de confort uno pasa delicioso, no se preocupa, todo es bueno, cómodo, y además, nada pasa. Cuando estás en la zona de confort tu vida sigue como cuando vas en esa balsa, igual. Esto quiere decir que como nada pasa en este lugar, todo pasa cuando te sales de esta zona. Todo es lo difícil y también lo extraordinario. La magia, los retos, la satisfacción, los regalos de la vida.
Ultimamente he tenido la oportunidad de vivir experiencias que me sacan de la zona de confort, de hecho la maternidad es una de las situaciones que más te halan a salir de ahí. Este fin de semana tuvimos una experiencia de estas, en un sitio muy alejado a mi vida cotidiana y muy diferente en todo sentido. A manera de chiste al llegar allí dije: «Este es el sitio más alejado que he estado de mi zona de confort» y no imaginé que mis palabras tuvieran tanto poder y que definieran tan claramente la realidad que iba a experimentar. Seguir leyendo

Las cosas que nos alegran a los papás…

Esto de la maternidad/paternidad es maravilloso, yo todos los días me sorprendo. Cada día estoy más rodeada de personas que estan viviendo esta experiencia tan bonita y puedo vivir o escuchar sus historias, sensaciones, emociones. Y una de las cosas que más me gusta de este mundo de ser padres es la capacidad de alegrarnos con cosas súper simples. Y es que los adultos decimos que los niños son hermosos porque todo el tiempo se sorprenden y nos enseñan a volver a sorprendernos con cosas tan simples como un ave en el cielo, un sonido de la naturaleza, un ruido extraño, el movimiento de las ramas de los árboles con el viento. Pero lo que no nos damos cuenta es que esa capacidad de sorpresa es contagiosa y terminamos nosotros los papás llenandonos de emoción por cosas tan simples que antes ni imaginamos que importaran. Que salió un diente, que sonrió por primera vez, que dijo , que me dio un abrazo, que dio un pasito, que dio otro más, que comió sopa, que cogió el tetero solo, que pudo soplar la vela de su primer cumpleaños, que sabe una canción, que pudo escribir su nombre, que se le cayó un diente, que montó en bicicleta. Cualquier cosa, mientras más pequeña y más insignificante para el resto de la humanidad sea, más importante es para nosotros y nos llena por completo el corazón. Cada papá o mamá tiene su historia para contar o su foto para publicar. Y nos llena de orgullo como si fuera el gol de James o la llegada del hombre a la luna. Y ahora somos nosotros los que nos sorprendemos, los que nos maravillamos y los que nos llenamos de emoción con las cosas simples de la vida. Un regalo de nuestros hijos, poder abrir los ojos y ser feliz con lo simple. Y todo esto lo escribo porque hoy mi sobrino aprendió a chupar liquido a través de un pitillo y estoy feliz. Y sus papás más.

joyintheordinary

Saltar en charquitos

Ser niño es maravilloso. Y lo más maravilloso es el descubrimiento diario de tantas cosas que para un adulto serían aburridas, poco interesantes o impensables. Esta tarde fui a recoger a mi hijo al colegio y lo encontré muy entretenido jugando en el parque. Estaba tan concentrado en un charquito que había que no se dio cuenta que yo había llegado. Quise ver que era lo que estaba haciendo y decidí hacerle un video. El video es hermoso porque mi pequeño con una concentración absoluta busca como acercarse al charco, con los movimientos cuidadosamente calculados, disfrutando de esa sensación que combinaba la diversión, la curiosidad y esa línea entre lo que se puede hacer y lo que no.

Observar esa escena que para mí fue hermosa, me puso a pensar en lo que los adultos dejamos de un lado, la capacidad de asombro, de disfrutar lo simple, de ensuciarnos sin preocupación. Me doy cuenta que mis hijos son maestros que me recuerdan que no puedo perder eso, que hay que mirar los pájaros, que no me puede importar si me mojo, si me despeino o si algo se ensucia. La vida es para disfrutarla, para mojarse y para saltar en los charcos!