Llega la época navideña y me acuerdo de esta frase tan conocida y reconocida: La prudencia que hace, verdaderos sabios, que sale en la tan repetida novena, que rezamos cada año y nos terminamos aprendiendo de memoria sin siquiera analizar sus letras. Cuando crecemos empezamos poco a poco a analizar y nos damos cuenta que detrás de muchas de esas frases se esconde mucha sabiduría, como por ejemplo la de esta frase de la prudencia.
En nuestra experiencia con la maternidad, somos víctimas de muchos episodios de imprudencia que terminan con nuestra paciencia, cordura y tranquilidad. Todas las madres, en algún momento sufrimos de algunos de ellos, aquí quiero contarles algunos de los más comunes que hacen que a uno se la vuelen, se angustie o quiera matar: