Ser tía.

Poco me imaginé que el título de tía me iba a llegar tan pronto. Confieso que le pedí a Dios muchas veces que me diera un sobrino, creo que tal vez también ayudé con el pedido, pero la verdad lo veía lejos. Tuve el gran privilegio de recibir la noticia inmediatamente se supo y me llegó con una felicidad absoluta. Durante el embarazo de mi hermana sentí una alegría gigante y el día en que nació Jerónimo, el 3 de Enero de 2014, la emoción no me cabía en el cuerpo. Lloré de la emoción más que cuando fui mamá y pude disfrutar ese momento, con el sentimiento de tener un hijo nuevo, pero sin dolor, hormonas de por medio o alguna mínima preocupación. El pequeño Jerónimo invadió mi corazón, con un amor tan grande como el que tengo por mis hijos, tan grande que es imposible de medir, dimensionar, comparar o calcular. Cada vez que lo veo me deja hipnotizada, no quiero soltarlo, no quiero que nadie más lo cargue, y quiero quedarme con esa cosita en mis brazos sin que el tiempo se acabe. Me parece el bebe más hermoso sobre la faz de la tierra, en serio lo veo así. No veo la hora que me lo dejen a mi sola, quedarme con el en mi casa, cantarle, abrazarlo, darle muchos muchos besos y estriparlo pero pasito. El amor de tía es maravilloso, un amor delicioso y tranquilo. Sin responsabilidades ni preocupaciones, pero con la certeza de amarlo como a un hijo, de que sabes que siempre vas a estar ahí para el, que quieres que te sienta como a una mamá, y que siempre que yo exista nunca le faltará nada. Sobre todo amor.

Jeroyyo

Los regalos y el amor…

Esta tarde fui a comprar el regalo de cumpleaños de uno de los mejores amigos de mi hijo (el mejor). Un niño muy especial, al cual mi hijo adora y quería comprarle algo que le gustara y que no fuera ‘un juguete más’, sino algo que le dure mucho tiempo y que pueda estar en un lugar especial de su habitación. En medio de esta búsqueda del regalo, recordé una reflexión que hago siempre que voy a un cumpleaños infantil…
Pareciera que ultimamente, gracias a la sociedad de consumo y todos sus efectos, el amor entre personas se define según el regalo que se de, y esto en función de dos variables: el precio y el tamaño. Eso quiere decir que el que te de el regalo más costoso y más grande, es el que más te quiere. Cuando uno ve en una fiesta el lugar donde están los regalos, se ven paquetes tan grandes, que muchas veces, son hasta más grandes que el mismo niño y dentro de poco, vamos a tener que contratar un camión de mudanzas para llevar los regalos que le dan a nuestro hijo en su fiesta. Cuando llegan los invitados a los cumpleaños, se ven paquetes enormes de regalos gigantes, que como les digo, pareciera que ese niño quiere demasiado al cumpleañero, pues el regalo es gigante y seguramente de un precio muy alto. Luego del cumpleaños, el niño quiere abrir todos los regalos a la vez, obviamente, y se llena de una cantidad enorme de juguetes nuevos, que no sabe ni cual abrir, ni con cual jugar, pues es tanto que abruma. Termina jugando con uno de tantos, pensando en los otros que también quiere abrir, y sin disfrutar verdaderamente ninguno. Como una indigestión de regalos.

No se en que momento los cumpleaños se volvieron una competencia a quien da el regalo más costoso o más grande, y las mamás mandan a alguien a comprar un regalo que valga $X dinero, lo que sea con tal de quedar bien, cuándo fue que dejamos realmente de pensar en que le gustaría a esa persona, que lo haría feliz, que disfrutará bastante, que importa que valga más o menos, pero que ese regalo, que es nuestra manera de celebrar su vida, lleve realmente el amor que pusimos en buscarlo. No importa que el empaque sea grande o pequeño, no importa que cueste mucho o cueste poco, creo que la importancia la debe tener el amor que le ponemos al regalo y con el gusto que lo damos. Y que pesar que los niños aprendan que son más valiosos los regalos grandes o costosos, cuando es tan importante y tan lindo los pequeños detalles, una tarjeta, un dibujo, un abrazo.

Y como sugerencia para las mamás de los niños que cumplen años, no abrir todos los regalos al tiempo, pues no disfrutan ninguno, mejor guardarlos e irlos sacando poco a poco, para que realmente los niños no se saturen y valoren sus juguetes. Lo hice con el último cumpleaños y funcionó de maravilla (todavía tengo algunos sin abrir).

El autoestima, clave para ser exitoso

Empiezo contando las cosas que voy leyendo por ahi sobre como educar a tus hijos correctamente. Me estoy leyendo un libro llamado «Your child self esteem» de Dorothy Corkille Briggs. Es un libro que me recomendaron como MUUUY bueno (mi amiga Angela Marulanda).

Bueno, este libro está basado en la importancia de criar hijos con un auto estima alto y positivo y cómo el autoestima de nuestros hijos, es clave para ser personas exitosas y felices en su vida.

Algunos aspectos claves….

La base de una salud emocional:

– Como un niño se sienta sobre si mismo afecta como vive su vida

– Un auto estima alto esta basado en que el niño sepa y crea que es AMADO y VALIOSO (no solo que uno lo diga como padre sino que ellos lo perciban)

– El niño debe saber que el importa sólamente por el hecho de existir

– Necesita sentirse competente para enfrentar su entorno. Necesita sentir que tiene algo para ofrecer a los otros

– Tener un auto estima alto es que el niño este tranquilo y seguro con quien es el.

Es muy importante tener en cuenta varios puntos importantes, primero que todo hacer sentir a los niños amados e importantes. Esto quiere decir, que no sólamente se los digamos, sino también que ellos lo perciban. Esto lo perciben, no solamente en lo que decimos, sino en todo el lenguaje no verbal: abrazos, besos, la forma en que les hablamos, la atención que les damos, la importancia que les damos en nuestra vida…. Por eso, lo primero que debemos hacer como papás, es amarlos y hacerlos sentir amados e importantes. Más adelante les contaré otros aspectos claves!

 

Lo que se quiere con el corazón

Hace un año exactamente, siete de Diciembre de 2009, tenia 8 días de haber descubierto mi segundo embarazo y fue la primera ecografía… Malas noticias, el bebe está bien, pero hay un hematoma que pone en riesgo el embarazo…. Pa la casa, total reposo (jaja, sobre todo con un bebe de un año) y a rezar. A los ocho días volví y la cosa estaba peor, dos hematomas apretaban al bebe, el cual se quedaba sin espacio para crecer. El diagnóstico fue, esperar, reposo y «que sea lo que Dios quiera». Pero «que sea lo que Dios quiera» no es una respuesta para una mamá llena de ilusion y de fe.

Más bien, que Dios quiera que mi bebé se salve, muchas lágrimas y oraciones desde el fondo del corazón. El Salmo de la protección, Señor, cuida y salva a mi bebe, es lo que quiero, ese va a ser mi regalo del Niño Jesús.

Después, el 21 de Diciembre, volvimos a revisar al bebé, y los hematomas desaparecieron, fue un milagro. El Niño Jesús no se aguantó hasta el 24 y me trajo mi regalito. Todos felices. Ahora Pedro es un bebe de 4 meses y medio, tranquilo, sonriente y enamorado de la mamá  tanto como ella de el.