Hace casi 7 años estoy casada, luego de 7 años de novios, lo que prácticamente quiere decir que el último hombre que se enamoró de mi lo conocí hace 14 años (afortunadamente aún sigue enamorado). Después de que me casé, nunca imaginé que iba a tener un enamorado más en mi vida. Pero sucedió.
Cuando tenía a mi segundo hijo en mi panza, no era capaz de imaginar cómo iba a ser posible amar a alguien más en mi vida, igual que amaba a mi hijo mayor. Era imposible. Luego nació este pequeño y como me dijo una amiga, «nació un corazón nuevo dentro de mi», lleno, lleno de amor, del amor que construí conmi primer hijo como base, y a partir de ahí, llenarlo de amor con este pequeño. El segundo hijo es un amor disfrutado. Saborié cada segundo que lo tuve entre mis brazos, pequeño, indefenso, calientico, me fascinó su olor, sus ruiditos, sus gestos, su llanto, todo. Quería que se congelara el tiempo en esos momentos, quería estar por siempre asi, lejos, en un asteroide, con mi pequeño entre mis brazos.
Como me dijo alguien hace poco, los bebes y los niños son PHD en percibir las emociones y creo que todo ese amor que brotaba de mi nuevo corazón, le llegó a este niño y desde siempre ha estado enamorado de mi. No es como mi hijo mayor, me quiere como a una mamá, le doy seguridad, me necesita, quiere que lo abrace, que juegue con el, que esté con el. Este pequeño esta enamorado de mi de manera diferente.
Quiere estar conmigo todo el tiempo, cuando me ve sonríe con sus ojitos y cada vez que me mira se rie de esa manera. Cuando se despierta de su siesta me mira con una sonrisa que viene del fondo de su alma, sus ojitos me dicen que me ama. Puede quedarse junto a mi minutos y creo que hasta horas, mirandome dormir, tocandome el pelo, acompañandome. Cuando me enfermo, se sienta a mi lado con un poco de angustia y cuando lo tomo entre mis brazos y lo abrazo, siento que no necesita nada más en su vida que estar junto a mi.
Siente celos por su papá, no se me puede acercar, no me puede dar un beso, soy suya. Mi enamorado tiene 20 meses y su vocabulario no pasa de 20 palabras, aunque siempre, la más importante, la que nunca le ha fallado para conseguir lo que necesita: Mamá. Es un amor increible el que hay entre nosotros, puedo verlo en cada gesto, en cada una de sus pequeñas acciones. Me tiene plena, felíz, y me enloquece de amor cada vez que veo todo lo que me adora. Nunca imaginé que un amor tan grande vieniera en un frasco tan pequeño. Y aqui me tiene, perdidamente enamorada de el también.