Emilio no para de preguntar….

Nada más maravilloso que un niño y su curiosidad. Resulta que Emilio mi hijo mayor, ahora con 3 años y 10 meses, quiere saberlo todo. Y yo debo convertirme en el libro gordo de Petete o el Larousse Ilustrado para responder constantemente todas sus inquietudes, porque el cree que la mamá lo sabe todo. «Cómo se hace el jabón?», «Cómo hacen la lana cuando le quitan el pelo de las ovejas?..» quiere saber como funciona todo, como se inventaron todo, que pasó antes de que el naciera… «Que jugaban cuando tu estabas en el colegio?», «A los policías acostados los matan o los hacen en una fábrica?» porque se tomaron todas las decisiones, etc. La historia de los romanos, porque un meteorito mató a los dinosaurios… todo es todo!!! Lo peor o lo mejor de todo es que a mi me fascina que sea así y me encanta esa curiosidad infantil y esa capacidad de asombro que tienen los niños. El es muy conciente de que quiere saberlo todo y todo ya (asi somos el papá y la mamá…) porque «uno tiene que aprender mucho para poder entrar al colegio…» Que belleza, me mata, no ara de hablar, no para de preguntar, no para de asombrarse, ojala siga asi siempre, hasta que sea viejito.

 

Mi Pelusa va a cumplir dos!

Mañana cumple dos años mi pequeño Pedro. Un niño muy sensible y especial. Quisiera hacer una fotografía hablada de el para que cuando sea grande vea como era a los dos.

Pedro es un niño gordito y simpático. Calmado y observador. Con hermosos hoyuelos, dientes grandes y separados y una mirada profunda desde que nació, reflexivo y tranquilo. A sus dos años tiene 3 grandes apegos: el chupo (pupa), la mamá y el pelo de la mamá. No puede vivir tranquilamente sin estas tres cosas. Come muy bien y no le da miedo probar nada. Le encantan las cosas remojadas: remojar el pan o galletas en el chocolate, en el jugo, las papas en la sopa, el arroz en la sopa, las pastas en el jugo, la sopa con el jugo, todo en las sopa, todo en el jugo, el jugo dentro del chococrispis, etc.Tiene un apetito muy gourmet y todas estas combinaciones se las come saboriandolas con mucho placer. Desde pequeño ha sido selecto en su paladar: tierra, tizas, crayolas, crema de manos, jabón, hasta popó comió. Aparte de su selecta gastronomía es un niño que ama la música y dentro de la música lo que más le gusta es bailar. Tiene un gran ritmo y se mueve de una manera, que muchos envidian (incluidos los papás), pues la música pasa por su cuerpo como si una culebra bailara por el sonido de una flauta mágica. Baila mucho, hasta en el carro, el ritmo que sea, incluidos sonidos de la cocina como la licuadora, exprimidor de naranjas, rayador de zanahoria, o cuando Tatu está batiendo el chocolate (le encanta). Dentro de las canciones, sus favoritas son: «Nona» (Nossa), No puedo vivir sin ti (El Canto del Loco), «a-um» (sapito), el sapo sapo. A parte del amor por la mamá se muere de amor por sus primas especialmente por Irene – «Nene», también por «Mamre» (Maria C. Arango, que ha pasado por varios nombres), «Manu» (Manuela Mejía), «ía y Nunú» (Gladys y Noris) y obviamente por Tatu, Vito, Cata, Vivi y «Teta» (Julieta). Al papá lo quiere poquito por su gran complejo de Edipo, aunque también comparte momentos divertidos con el como el baño o algunos juegos. Le encanta ver películas y sus favoritas son Shrek, Barney y los Wiggles. En el lenguaje, todavía no habla muy bien, pero ya dice algunas palabras y desde muy pequeño, se hace entender como sea (mímica sobre todo). Una de las cualidades que más me sorprende para ser un niño tan pequeño, es que piensa mucho en los demás. Siempre que le dan algo pide para los que hay a su alrededor, ofrece asiento a los que llegan, comparte sin dolor parte de sus cosas. Su ídolo es su hermano y quiere hacer todo lo que hace Emilio, si Emilio tose, Pedro también lo hace, si Emilio se quita la camiseta, Pedro se la quita, etc. Esto lo ha llevado a tener varios avances importantes, como por ejemplo dejar el pañal. Puedo decir con gran alegría que ya no usamos pañal ni para dormir, tiene un control casi perfecto de esfínteres. También quiere comer solo como su hermano y a veces se pone muy bravo porque le queremos ayudar.

Mi Pelusita, Pelis, Pepé (como se llama a si mismo),  es un niño maravilloso que llena nuestra casa de alegría junto con su hermano. Gracias a Dios por el regalo que nos trajo en la Navidad del 2009 y un felíz cumpleaños para mi pequeño enamorado!!!

Haciendo Galletas!

Hoy hicimos un plan delicioso… Galletas!
Ahora mis hijos ya empienzan a crecer y podemos hacer actividades juntos y disfrutarlas. Hoy hicimos una receta de galletas muy sencilla y rica.

RECETA:

300 gr de mantequilla, una taza de azucar, 2 huevos, 1 cdita de esencia de vainilla y 5 tazas de harina.

Se amasa y se aplasta con el rodillo, luego pueden hacerse figuras y se ponen sobre una bandeja engrasada y enharinada.

Se mete al horno (precalentado) por 15 min (hasta que empiecen a dorar) a 180 grados centigrados.

Los niños se divirtieron mucho y cada uno tuvo un poco de masa para amasar con su rodillo y luego cortar, aunque no se aguantaron y comieron algunos pedazos de masa…Para la decoración: azucar pulverizada (una bolsita), una clara de huevo, el jugo de un limón, todo se mezcla hasta que queda homogéneo. Para hacer diferentes colores se separan en diferentes recipientes y se le echa anilina de colores. Luego se mete en una manga pastelera o si no hay, se puede usar una bolsa plastica, se corta una punta y se dibuja.

Una buena idea es conseguir moldes de letras, asi puedes enseñar a los niños a reconocer su letra o su nombre…

Una actividad deliciosa para una tarde con los niños!!!

Volver a encontrarme

Hace tiempo no venía a dejar comentarios o reflexiones sobre mi experiencia como mamá. Estaba muy ocupada siendo mamá y trabajando, siendo esposa, ama de casa… Pero hace poco he venido dandome cuenta que el momento más intenso de la maternidad esta pasando y ahora puedo poco a poco volver a ser yo. Aunque esa «yo» que acabo de encontrar ya no es la misma de hace algunos años, con algunas prioridades, sueños, rutinas, etc. Esta nueva yo es diferente y ahora estoy conociendola y creo que me gusta. Y pues, es que después de un cambio de estos ya lo de antes no queda, como New Orleans después de Katrina o Japón después del Tsunami. Por más que quiera ya no va a ser igual. Pero resulta que la yo nueva me encanta. Ahora vivo más enamorada que antes, sonrio y doy besos cada que puedo. No se cuando se me va a pasar la «goma» de ser mamá, porque estoy tan encantada como cuando nacieron o creo que más. Ahora disfruto las horribles dificultades de ser mamá, como que me interrumpan el sueño a media noche, dormir en la esquina de la cama, madrugar (es increible pero el día rinde cantidades). Ya no me importa comerme el plato frío, o un sobrado de galleta. No me importa regalar el último pedazo de mi helado (la yo de antes nunca ubiera hecho esto) o aguantar frio, calor, incomodidades, llantos, ruido, etc. Ahora soy más tranquila y trato de tener más paciencia. Disfruto estar en casa y prefiero ponerme la pijama a las 7. Disfruto más cuando salgo a comer o a cine (por lo escaso) y cuando compro cosas, un minimo porcentaje es para mi, pero no me importa. Todo esto lo hago con tanto amor y me hace tan feliz. Ahora he súper comprobado que es mejor dar que recibir, quiero que este mundo sea mejor, veo películas repetidas todo el tiempo, recibo besos llenos de mugre, babas, mocos y me encanta.

Ahora, después de casi 2 años del nacimiento de mi hijo menor, siento que estoy saliendo del momento más pesado y estoy teniendo más tiempo para mi. Pude por fin hacer cosas que tenía en una lista arrugada, he disfrutado cocinar, leer, estar con mis amigas, pensar y disfrutar a mi nueva yo.

Mi enamorado de 20 meses.

Hace casi 7 años estoy casada, luego de 7 años de novios, lo que prácticamente quiere decir que el último hombre que se enamoró de mi lo conocí hace 14 años (afortunadamente aún sigue enamorado). Después de que me casé, nunca imaginé que iba a tener un enamorado más en mi vida. Pero sucedió.

Cuando tenía a mi segundo hijo en mi panza, no era capaz de imaginar cómo iba a ser posible amar a alguien más en mi vida, igual que amaba a  mi hijo mayor. Era imposible. Luego nació este pequeño y como me dijo una amiga, «nació un corazón nuevo dentro de mi», lleno, lleno de amor, del amor que construí conmi primer hijo como base, y a partir de ahí, llenarlo de amor con este pequeño. El segundo hijo es un amor disfrutado. Saborié cada segundo que lo tuve entre mis brazos, pequeño, indefenso, calientico, me fascinó su olor, sus ruiditos, sus gestos, su llanto, todo. Quería que se congelara el tiempo en esos momentos, quería estar por siempre asi, lejos, en un asteroide, con mi pequeño entre mis brazos.

Como me dijo alguien hace poco, los bebes y los niños son PHD en percibir las emociones y creo que todo ese amor que brotaba de mi nuevo corazón, le llegó a este niño y desde siempre ha estado enamorado de mi. No es como mi hijo mayor, me quiere como a una mamá, le doy seguridad, me necesita, quiere que lo abrace, que juegue con el, que esté con el. Este pequeño esta enamorado de mi de manera diferente.

Quiere estar conmigo todo el tiempo, cuando me ve sonríe con sus ojitos y cada vez que me mira se rie de esa manera. Cuando se despierta de su siesta me mira con una sonrisa que viene del fondo de su alma, sus ojitos me dicen que me ama. Puede quedarse junto a mi minutos y creo que hasta horas, mirandome dormir, tocandome el pelo, acompañandome. Cuando me enfermo, se sienta a mi lado con un poco de angustia y cuando lo tomo entre mis brazos y lo abrazo, siento que no necesita nada más en su vida que estar junto a mi.

Siente celos por su papá, no se me puede acercar, no me puede dar un beso, soy suya. Mi enamorado tiene 20 meses y su vocabulario no pasa de 20 palabras, aunque siempre, la más importante, la que nunca le ha fallado para conseguir lo que necesita: Mamá.  Es un amor increible el que hay entre nosotros, puedo verlo en cada gesto, en cada una de sus pequeñas acciones. Me tiene plena, felíz, y me enloquece de amor cada vez que veo todo lo que me adora. Nunca imaginé que un amor tan grande vieniera en un frasco tan pequeño. Y aqui me tiene, perdidamente enamorada de el también.

 

Nuggets y papitas?

Me encuentro un poco traumatizada al darme cuenta de la gran influencia que tienen los alimentos en la salud y el buen desarrollo de los niños y peor aún, de la mala, malísima calidad de los alimentos que las empresas ponen a nuestra disposición en el mercado y que, por su afán de enriquecerse, no piensa en la calidad o en el beneficio del usuario, sino el sacar algo barato y hacernos creer que es alimenticio.

Además, cuando observo el poco esfuerzo que hace los padres actuales para enseñar a sus hijos a comer bien y se conforman en suministrarle una dieta a base de nuggets y papitas, todo con tal de estar cómodos y tranquilos, me indigno aun más.

En los sitios que frecuento con mis hijos, es común tener o escuchar conversaciones a cerca de la alimentación de los otros, pues es probable que sirva como consuelo para los padres de los niños mal alimentados, darse cuenta que los suyos no son los únicos o por lo menos para comparar como estan respecto a los otros de la misma edad.

Con todo esto, me doy cuenta, también con mi experiencia, lo dificil que es que los niños coman bien. Es muy maluco y muy aburridor, estar insistiendo, rogando, explicando o amenazando a los hijos, para que prueben, coman, acaben la comida. Es demasiado maluco. Por eso entiendo que lo más fácil es darles lo que ellos quieran o sea, nuggets y papitas. Pero para eso somos papás. Para educar y enseñar lo que es mejor. Para brindarles las condiciones que les permitan crecer sanos y fuertes, dentro de lo cual, lo principal, es una buena alimentación.

Como dice Luis Pescetti, en su canción «Con esa cara de pescado que tenés, de piojo, desafinado, de enfermo, de amarillo, qué comiste??» Hay que leer las etiquetas de los productos para ver que nos están metiendo, además, hay que poner cuidado que le estamos dando a nuestros hijos, hacer el esfuerzo por enseñarles a comer bien y darles alimentos sanos y nutritivos… es por su bien!

Amo la cirugía de tubitos de ventilación

Hoy me encontré con una amiga un poco preocupada porque a su hijo mañana le harán la cirugía de tubitos de ventilación en los oidos y adenoides. Al contarme traté de ayudarle un poco con su temor, diciendole que es lo mejor que nos ha pasado en nuestra casa. Y no fue por consolarla, realmente lo es.

Todo empezó con la entrada a la guardería. El hijo mayor trae todos los virus que se encuentra a su paso, di tu, como un imán. Y el pequeño, en este caso (o en esta casa) de 6 meses se los chupaba toditos. Como consecuencia, tuvimos aproximadamente 6 otitis en promedio per capita infantil en el hogar en aprox. 3 meses. Y con esa tasa de bichos, no hay antibioticos suficientes, no hay cuerpo que aguante tanto antibiótico y el bolsillo de los papás se ve seriamente afectado (más dinero en medicamentos que en la misma guardería). Además los niños experimentaron todos los antibioticos posibles y existentes, hasta llegar a hospitalización en casa. Pueden creer, un niño de 2 años con un cateter permanente durante 7 días y un bebe de 8 meses con un cateter y apenas empezando a gatear….. eso parte el alma!

Hasta que llegó la maravillosa noticia de que no había más remedio que operar a los niños (y literalmente no había más remedio)…

La cirugía fue nada mas y nada menos que el día de la madre, alguna jugada de la vida para que yo hiciera mi papel de madre con «todos los juguetes». No fue tan duro entregarlos al quirófano por dos razones: La primera, amé a la Doctora que los operó (Maria Isabel Hernandez) y se los entregué con una gran confianza. La segunda, no podía demostrar ninguna emoción pues mientras operaban a uno yo estaba con el otro bebe…

La cirugía fue corta y el resultado maravilloso. No más otitis, las gripas duran poco y no volvimos a comprar antibióticos en el hogar. Espero que se demore bastante para caerseles los tubitos y no entiendo porque no se los pusieron antes, es una bendición!

El ejemplo es fundamental para los niños

Hace algún tiempo encontré un video en internet, que cada vez que lo veo, me hace pensar y hasta me dan ganas de llorar. Es a cerca del ejemplo que le damos a nuestros niños y lo importante que es este en sus vidas. Los niños nacen con el cerebro en blanco y tienen que aprender a vivir en la sociedad que les tocó, lo cual quiere decir que tienen que aprender a comportarse de alguna manera. Este comportamiento, que se aplica en todos los aspectos de la vida, tiene que ser basado en un modelo, que en este caso son los padres.

Los niños pequeños estan todo el tiempo observando y aprendiendo del comportamiento de sus padres. De cómo actuan con los demás, cómo hablan, cómo comen, cómo caminan, la forma en que reaccionan a determinadas situaciones, cansancio, rabia, dolor, tristeza. Todo esto lo estan mirando los niños y lo van grabando en su mente desde muy pequeños.  Luego un poco más tarde empiezan a aplicar este tipo de reacciones a su propio comportamiento, seguros de que esa es la forma adecuada de actuar frente a la vida, pues, asi lo hacen sus «modelos».

Creo que muchos papás no son muy concientes de esto, y no miden o controlan su comportamiento frente a los niños, creyendo que ellos no van a entender o como si no existieran, actúan de mala manera, responden feo, tratan mal a las personas, etc, en frente de sus hijos sin darse cuenta que estan «sembrando» ese tipo de comportamiento para el futuro de ellos.

Es muy importante y muuuy dificil tomar conciencia en todo momento, que nuestros hijos nos estan mirando y aprendiendo, sobre todo en los momentos difíciles, pues no somos perfectos y a veces no es fácil reaccionar de la manera correcta, pero creo que ese tipo de comportamientos son los que los niños más «copian».

A continuación, el vídeo que mencioné…