Cuando uno es mamá el tiempo personal desaparece. Recuerdo cuando mi hijo mayor nació, pensé que nunca más iba a poder arreglarme las uñas, ir a la peluquería o maquillarme. Me bañaba en dos segundos me vestía a mil, no tenia tiempo de depilarme, de peinarme bien o de hidratarme. El embarazo te deja el cuerpo como en la postguerra, y uno poco a poco se da cuenta que lo puede ir recuperando. Con los hijos el tiempo personal se vuelve muy restringido y así aprendemos a valorarlo más y a disfrutar cada instante que tenemos para cuidarnos.

A medida que los hijos crecen a uno le queda un poco más de tiempo, pero surgen nuevas actividades que lo ocupan. Las clases, reuniones, fiestas, sentarse a jugar, hacer manualidades, entretenerlos. Y uno se acostumbra a dejarse a un lado, a que lo que uno hace por uno mismo es muy poco. Las mamás no queremos dejar de vernos lindas, jóvenes y felices. Ahí es cuando empiezan a aparecer en nuestra vida los productos que nos sirven para sentirnos y vernos más bonitas.
El año pasado una amiga me regaló un tarrito de Bio-oil. Es un aceite con una textura muy rica y que se absorbe rápidamente. Me puse a investigar para que servía y descubrí que ayuda a tantas cosas que necesitamos en este cuerpo de postguerra con el que quedamos:

• Ayuda a mejorar el aspecto de las estrías
• Es buenísimo con las cicatrices
• Sirve para las manchas en la piel (genial porque en el segundo embarazo me salieron manchitas y a veces me siento fatal)
• Ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel (arrugas) y a hidratarla.

Personalmente soy obsesiva con la hidratación y sobre todo lo uso para esto. Odio sentir un codo reseco o que mis piernas no se vean hidratadas. También les he aplicado Bio Oil a mis hijos que a veces parecen con piel de cocodrilo. El aceite es muy fácil de usar no deja pegote y hasta huele rico (suave, no me gustan mucho los olores fuertes). He aprendido poco a poco a recuperar el tiempo para mi. Usando este producto me contemplo y me doy el mensaje a mi misma de que tengo que cuidarme, que es importante dedicarme un ratico, dejar la carrera, hacer pausas, pensar en mi. Sacar un rato para ir a la peluquería, hacer deporte, comer sin afanes, hidratarme, bajarle la intensidad a las manchitas y hasta disimular las cicatrices. Ser mamás no significa que nos olvidemos, disponer de menos tiempo personal nos ayuda a valorar esos momentos valiosos que son solo nuestros y que nos ayudan a descubrir lo importantes que somos. Cuídate siempre, piensa en tí, valorate y eso te hará una mamá más feliz.

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