Tips para ir de paseo a la nieve con niños

A comienzos de este año tuvimos la oportunidad de llevar a los niños a conocer la nieve. Era un sueño que tenían desde hace tiempo y le habían pedido al niño Dios y así como por arte de magia todo se dio para que pudieramos visitar unos días a unos primos que viven en el centro de Estados Unidos en una época de nieve.  Ir con niños a un lugar muy frío y con nieve requiere de preparación, sobre todo cuando vivimos en el trópico y no tenemos estaciones, por eso quiero contarles algunos tips importantes para que el paseo en la nieve sea inolvidable y no nos congelemos. Seguir leyendo

5 cosas que dije que no haría…. y las hice!

Hay un refrán por ahi que dice: Nunca digas de esta agua no beberé… y ahora veo que la gente que se inventa los refranes es tan sabia!!! y creo que el que lo dijo era una mamá con muchos años porque de las cosas que más nos pasa a las mamás es tenernos que tragar enteras nuestras palabras.  Muchas veces creemos que somos dueños de la verdad absoluta o dicho de otra manera, que de la forma en que yo lo hago es la única y la mejor manera en que se puede hacer. Esto lleva por añadidura y deducción, que como las otras lo hacen (diferente a mi), no es la mejor manera y comenzamos a decir: «Yo nunca voy a darle a mi hijo….., Yo nunca voy a dejar que mi hijo haga…» así como todas llenas de propiedad y con tanta seguridad, que si pudieramos dejarlo por escrito en una notaría lo haríamos.  Afortunadamente no fui a la notaría y muchas veces ni lo dije muy abiertamente (para evitarme la humillación al luego haber cambiado mis enfáticas afirmaciones). Tal vez lo pensé, juzgando a otras mamás o papás, haciendo cosas que para mi eran horribles y que yo nunca jamás de los jamases lo permitiría para mis hijos, y como lección, terminé dejando que sucediera o haciéndolo.

cinco-5-cosas-que-dije-que-no-haria-y-las-hice-maternidad-la-gallina-y-los-pollitos-blog Seguir leyendo

Ideas para un Halloween sin dulces

Hace un par de años encontré esta campaña con ideas para un halloween distinto, uno que no tuviera tanta carga de dulces, hecha por mamás preocupadas por el exceso de dulces en los niños y decidí unirme. La idea es cambiar un poco los dulces que reciben los niños en el Halloween por pequeños juguetes o cositas que no sean dulces y que igualmente los haga felices y puedan divertirse un rato. La cantidad de dulces que reciben los niños en Halloween es increíble y además de que los enferma bastante, al final no se los terminan comiendo porque las mamás no los dejamos, sabiendo el riesgo tan grande que trae para la salud. Leí hace poco que el azúcar es 8 veces más adictivo que la cocaína y acorde con esto muchos padres buscamos enseñar hábitos saludables y uno de ellos es ayudarlos a no caer en el exceso de dulce. Veo que cada año más mamás se unen a esta causa y piensan en ideas de productos más sanos para los niños. No quiere decir que los niños no van a recibir un solo dulce pues seguramente si los tendrán, a todos nos les suena la idea (todos tenemos derecho a pensar diferente) y seguramente los niños SI recibirán dulces, pero sería en una dosis un poco menor, o sea menos dañina y además pueden obtener otra cantidad de cositas que pueden servirles para divertirse, o sea, más variedad y más diversión.
El año pasado me fui para un sitio donde venden objetos de piñatas y allá compré muchas cositas con las que hice bolsitas y eso le entregué a los niños, aquí les comparto algunas ideas…. Seguir leyendo

El arte de esperar

Dicen que uno no valora a la mamá hasta que tiene hijos y realmente es muy cierto y una de las cosas más dificiles que he sentido en mi maternidad es la gran cantidad de tiempo que damos a nuestros hijos, una cosa que si se pagara no habría con qué.  Al comienzo se vuelve hasta pesado, sobre todo cuando estábamos acostumbradas a tener el tiempo para nosotros y a ser productivas. Ahora todo se maneja a otro ritmo.

mujeres-papas-mamas-esperando-hijos-actividades-deportivas-blog-maternidad-la-gallina-y-los-pollitos-medellinLas mamás desarrollamos la paciencia cada día y una de las principales prácticas para esto es la de esperar.  Escribo este post mientras espero a mi hijo en una práctica deportiva que dura hora y media, pero para que el pueda hacer su clase yo invierto aproximadamente 4 horas de mi tiempo, esto 2 veces por semana. Se que lo que yo invierto puede ser poco comparado con otras mamás que tienen más hijos o más compromisos y con todo el amor del mundo regalan su tiempo para que sus hijos puedan practicar sus actividades. Verlos hacerlo nos hace felices.

Veo muchas mamás y papás todo el tiempo en graderías viendo clases, partidos, competencias, haciendo barra o haciendo fuerza, aguantando frío o calor, incomodidad, cansados, todo eso y mucho más. Ahí vuelvo y compruebo que uno no valora a los papás hasta que lo vive, porque ser mamá y papá es dar,  con el amor más grande y sin esperar nada a cambio, solo la satisfacción produnda de verlos caminar hacia sus sueños.

Guardar

¿Porqué será que los vemos tan divinos?

Una de las cosas que más me ha sorprendido y me sorprende cada día de ser mamá, es la capacidad que tenemos para ver a nuestros hijos hermosos. Es como si a uno le anularan un área del cerebro donde ve todo de manera objetiva, con los hijos se bloquea esa zona y todo el amor que les tenemos mete un filtro que hace que siempre los veamos lindos.
Recuerdo cuando llevaba a mis hijos a clases más pequeños y me quedaba sentada observándolos. Yo los miraba y luego miraba a los demás niños del salón y siempre me parecía que el hijo mío era el más lindo de todos (en serio). Luego veía a las demás mamás igual de derretidas que yo (porque es que si uno los ve lindos siempre, cuando están pequeños los ve más), y pensaba: Ellas también deben creer que el de ellas es el más hermoso. Un día no me aguanté y les dije a esas 5 o 6 mamás: «Cierto que ustedes creen que el de ustedes es el más lindo de todos?», y adivinen que me dijeron: «Siiiii» (Yo lo sospechaba desde un principio).
He oído muchas historias de que las mamás sufrimos cambios definitivos en el cerebro, en muchos aspectos, como por ejemplo la memoria, que de ella escribí en mi post anterior, uno de esos cambios mágicos es verlos siempre hermosos. Es increíble el poder del amor. Mi hijo Emilio tiene dos dientes gigantes, parece una ardilla de las de Chip y Dale, y eso que ya ha mejorado un poco, pero es su momento más ardillezco yo lo veía divino con esos dientotes, y así cada uno con sus características, peludo, orejón, flaco, gordo, lo que sea, no importa, los veo siempre hermosos. Cuando se ponen bravos, cuando lloran, cuando hacen cara de fo, hasta cuando están groseros, siempre los veo y me derrito.
img_6708No a todas les pasa, tengo una amiga que reconoce que sus hijos no han sido lindos siempre y seguramente habrá muchas que tienen el cerebro menos afectado que yo, pero conozco muchas otras que sin pena, en cualquier sitio público le dicen a uno: No son divinos? (refiriendose a sus hijos), yo la verdad no los veo tan bonitos (como los mios), pero esa mamá si. Si ven, es como un daño cerebral.
Los hijos crecen y dejan de ser tan tiernos y gorditos como eran antes, se estiran, les salen dientes grandes, luego les empieza a crecer todo y por lo menos hasta ahora yo los sigo viendo divinos. No se si el daño me quedó en el cerebro o de verdad es que son tan lindos, lo único que tengo seguro es que me siento feliz y agradecida de tener unos niños tan preciosos, si son lindos o feos no me importa, yo los veo divinos y creo que los seguiré viendo así, de todos modos para corroborar le preguntaré a mi esposo, o a mi mamá…. Jaaaaa!!!

Donde dejé la memoria…?

memoriaCuando yo era chiquita era súper inteligente, me iba súper bien en el colegio, mi materia preferida era matemáticas, me encantaba todo lo que tuviera que ver con ejercitar mi mente. En la U mis amigos me gozaban por nerd y yo lo aceptaba con orgullo, siempre he sido y me ha encantado ser nerd, he estado en muchas actividades, me ha encantado aprender y tenía una memoria prodogiosa…. Tenía?. Sí, tenía. De eso si me acuerdo…
Cuando quedé en embarazo, empezó la torpeza y los olvidos. Bueno, la torpeza ya la tenía de antes, pero la mala memoria no. He escuchado y leído muchas teorías, que el cerebro se inflama, que las hormonas, que el cansancio, lo emocional, y en realidad no se que es lo que hace que tu estructura mental cambie y que quede distinta a lo que era antes. Y ahora, 6 años después de haber dejado de estar embarazada, siento que mi memoria de antes no va a regresar.

La falta de memoria ha hecho que tome algunas medidas en mi vida, como estas: Seguir leyendo

Carolina, una mamá súperheroe

Recuerdo cuando era pequeña, que a la primera finca que me dejaron ir fue a la de Carolina. Carolina ha sido mi amiga desde que éramos muy pequeñas, me acuerdo que en su finca desayunamos buñuelos y montamos a caballo. Caro tiene una familia hermosa, su mamá Olga era la mamá que más bonito escribía del salón, siempre admiré su letra en las notas que mandaba al colegio y tan linda como su letra era ella de querida y dulce. Fuimos muy amigas en el colegio y de 15’s nos mandaron juntas a una excursión. Pasamos delicioso y ella sale en casi todas mis fotos. Hubo algunos momentos de la adolescencia que nos distanciamos pero creo que en el fondo de mi corazón ella siempre estuvo ahí en primera fila.
Dentro de mis amigas más cercanas creo que yo fui la primera que tuvo hijos. Cuando Emilio mi hijo mayor estaba todavía muy bebé, recuerdo que un día Carolina me llamó muy angustiada, acababa de darse cuenta que estaba en embarazo, ella no lo estaba buscando, acababa de empezar un doctorado que duraba por lo menos 5 años, con una deuda gigante y un compromiso de tiempo más grande aún. No había mencionado que Caro se casó con su novio de toda la vida, que fueron novios desde lo 14 años y hacen una pareja hermosa. A pesar del susto del embarazo, la maternidad no es un inconveniente sino una bendición y Caro es una de las amigas más sensatas que tengo y supo llevar muy bien su embarazo y luego su maternidad.
Amalia nació a finales de agosto cuando mi hijo Emilio no había cumplido ni un año. Me acuerdo que fui a la clínica a cortarle las uñas y acompañé lo que pude a Caro mientras Amalia era pequeña, nos unimos mucho, pues eramos las únicas con hijos. Cuando Amalia tenía como 1 año o dos, Caro tuvo que viajar a Estados Unidos como parte del compromiso que había adquirido con el doctorado, tenía que irse sola, sin Amalia. Cuando pienso en eso, aún hoy después de 5 años me dan ganas de llorar, al recordar el dolor que tuvo que enfrentar de dejar a su bebé, que quedaba en las mejores manos y la estuvo visitando constantemente, pero no estar en el día a día de Amalia fue algo muy duro para ella. A pesar de todo, Carolina mostró su fortaleza y convicción de que estaba haciendo lo mejor para ella y su familia aunque implicara este sacrificio. Caro terminó su doctorado el año pasado, lo celebró con su esposo y sus hijos Amalia y Agustín, después de más o menos 6 años de constante trabajo, investigación y esfuerzo. Obtuvo muchos reconocimientos en su tesis de doctorado, obtuvo la mención Magna Cum Laude y hasta salió en el periódico. Pero para mí, este gran esfuerzo, este logro, este reconocimiento no es nada comparado a lo que ha vivido Caro con Amalia. Seguir leyendo

Ser la peor mamá del mundo.

Cuando se trata de decir si somos buenas o malas madres, muchas nos tiramos duro a nosotras mismas.

Personalmente varias veces me he sentido la peor mamá, especialmente los últimos días de vacaciones cuando mi paciencia ya rebosó los límites y los niños piden a gritos en silencio un espacio diferente a las 4 paredes de la casa, haciendo que la mamá enloquezca poco a poco.

Me he sentido la peor mamá cuando no hago las actividades que quisiera hacer con ellos porque tengo que trabajar o tengo pereza o estoy cansada, cuando les hablo un poco más duro de lo que debería (un día le grité a mi hijo en Falabella delante de varias personas), cuando quiero que desaparezcan un ratico de mi vista (y se los digo), cuando les digo algo que no debería y a los cinco segundos me arrepiento, cuando pienso «será que lo traumaticé?» o «será que me lo estoy tirando?», cuando no soy capaz de cumplir una amenaza o cuando ni siquiera soy capaz de amenazar y me hago la loca para evitar una pelea.  Seguir leyendo

Las herencias

Teoricamente la palabra herencia se refiere a lo que una persona que se muere le deja a sus descendientes. También se usa esta palabra para definir las características genéticas que podríamos obtener de nuestros antepasados. En mi familia la palabra herencias ha adquirido un nuevo significado al referirse a las cosas que una persona pasa otra porque ya no las va a usar más y que están en muy buen estado. Dentro de cosas podemos incluir ropa, zapatos, juguetes, muebles, libros, etc. Todo esto pasa entre primos de una generación a otra y lo damos y recibimos con mucha alegría. En la cultura paisa (en la que vivo) se valora el ahorro y el cuidado de las cosas y esta costumbre hace parte de permitirnos aprovechar bien las cosas que tenemos, además muchas veces los niños dejan objetos en muy buen estado, porque crecen rápido, los usan poco o son muy finos y da pesar botarlos sabiendo que sus primos pueden continuar con el uso de estos. En mi familia se ha creado una cadena de herencias, las cosas pasan entre hermanos y a primos y vemos en los más pequeños las cosas que habían pasado por los nuestros. Seguir leyendo

Nuestra primera mascota

Me encantan los animales, son divinos, pero nunca he sido la más fanática de una mascota en casa. Me parece que requieren un cuidado especial, una inversión extra y trabajo adicional, por lo que así como las mujeres que no quieren tener hijos, no me ha llamado la atención una mascota para mi casa, por lo menos mientras viva en un apartamento con un espacio limitado. Se que el amor que se siente por las mascotas es increíble y lo veo en todas las personas cercanas que tienen perros o gatos, se que se quieren como hijos y se que despiertan una ternura increíble. Pero por ahora opté por tener y cuidar niños y no animales.
Pero mis hijos no piensan igual. Sobre todo mi hijo menor ama los animales, es un niño muy sensible y siempre ha vivido antojado de un perro. Yo le dije que el día que no vivamos en apartamento podrá tenerlo, pero después de la caída de su primer diente nos puso el ultimatum: «Con la plata del Ratón Pérez me quiero comprar, un perro, un gato o un hamster». (No crean que el Ratón Pérez es Rockefeller, lo que pasa es que Pedro todavía no tiene mucho entendimiento en el tema de proporciones con el dinero)… Seguir leyendo