5 cosas que dije que no haría…. y las hice!

Hay un refrán por ahi que dice: Nunca digas de esta agua no beberé… y ahora veo que la gente que se inventa los refranes es tan sabia!!! y creo que el que lo dijo era una mamá con muchos años porque de las cosas que más nos pasa a las mamás es tenernos que tragar enteras nuestras palabras.  Muchas veces creemos que somos dueños de la verdad absoluta o dicho de otra manera, que de la forma en que yo lo hago es la única y la mejor manera en que se puede hacer. Esto lleva por añadidura y deducción, que como las otras lo hacen (diferente a mi), no es la mejor manera y comenzamos a decir: «Yo nunca voy a darle a mi hijo….., Yo nunca voy a dejar que mi hijo haga…» así como todas llenas de propiedad y con tanta seguridad, que si pudieramos dejarlo por escrito en una notaría lo haríamos.  Afortunadamente no fui a la notaría y muchas veces ni lo dije muy abiertamente (para evitarme la humillación al luego haber cambiado mis enfáticas afirmaciones). Tal vez lo pensé, juzgando a otras mamás o papás, haciendo cosas que para mi eran horribles y que yo nunca jamás de los jamases lo permitiría para mis hijos, y como lección, terminé dejando que sucediera o haciéndolo.

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El arte de esperar

Dicen que uno no valora a la mamá hasta que tiene hijos y realmente es muy cierto y una de las cosas más dificiles que he sentido en mi maternidad es la gran cantidad de tiempo que damos a nuestros hijos, una cosa que si se pagara no habría con qué.  Al comienzo se vuelve hasta pesado, sobre todo cuando estábamos acostumbradas a tener el tiempo para nosotros y a ser productivas. Ahora todo se maneja a otro ritmo.

mujeres-papas-mamas-esperando-hijos-actividades-deportivas-blog-maternidad-la-gallina-y-los-pollitos-medellinLas mamás desarrollamos la paciencia cada día y una de las principales prácticas para esto es la de esperar.  Escribo este post mientras espero a mi hijo en una práctica deportiva que dura hora y media, pero para que el pueda hacer su clase yo invierto aproximadamente 4 horas de mi tiempo, esto 2 veces por semana. Se que lo que yo invierto puede ser poco comparado con otras mamás que tienen más hijos o más compromisos y con todo el amor del mundo regalan su tiempo para que sus hijos puedan practicar sus actividades. Verlos hacerlo nos hace felices.

Veo muchas mamás y papás todo el tiempo en graderías viendo clases, partidos, competencias, haciendo barra o haciendo fuerza, aguantando frío o calor, incomodidad, cansados, todo eso y mucho más. Ahí vuelvo y compruebo que uno no valora a los papás hasta que lo vive, porque ser mamá y papá es dar,  con el amor más grande y sin esperar nada a cambio, solo la satisfacción produnda de verlos caminar hacia sus sueños.

Guardar

¿Porqué será que los vemos tan divinos?

Una de las cosas que más me ha sorprendido y me sorprende cada día de ser mamá, es la capacidad que tenemos para ver a nuestros hijos hermosos. Es como si a uno le anularan un área del cerebro donde ve todo de manera objetiva, con los hijos se bloquea esa zona y todo el amor que les tenemos mete un filtro que hace que siempre los veamos lindos.
Recuerdo cuando llevaba a mis hijos a clases más pequeños y me quedaba sentada observándolos. Yo los miraba y luego miraba a los demás niños del salón y siempre me parecía que el hijo mío era el más lindo de todos (en serio). Luego veía a las demás mamás igual de derretidas que yo (porque es que si uno los ve lindos siempre, cuando están pequeños los ve más), y pensaba: Ellas también deben creer que el de ellas es el más hermoso. Un día no me aguanté y les dije a esas 5 o 6 mamás: «Cierto que ustedes creen que el de ustedes es el más lindo de todos?», y adivinen que me dijeron: «Siiiii» (Yo lo sospechaba desde un principio).
He oído muchas historias de que las mamás sufrimos cambios definitivos en el cerebro, en muchos aspectos, como por ejemplo la memoria, que de ella escribí en mi post anterior, uno de esos cambios mágicos es verlos siempre hermosos. Es increíble el poder del amor. Mi hijo Emilio tiene dos dientes gigantes, parece una ardilla de las de Chip y Dale, y eso que ya ha mejorado un poco, pero es su momento más ardillezco yo lo veía divino con esos dientotes, y así cada uno con sus características, peludo, orejón, flaco, gordo, lo que sea, no importa, los veo siempre hermosos. Cuando se ponen bravos, cuando lloran, cuando hacen cara de fo, hasta cuando están groseros, siempre los veo y me derrito.
img_6708No a todas les pasa, tengo una amiga que reconoce que sus hijos no han sido lindos siempre y seguramente habrá muchas que tienen el cerebro menos afectado que yo, pero conozco muchas otras que sin pena, en cualquier sitio público le dicen a uno: No son divinos? (refiriendose a sus hijos), yo la verdad no los veo tan bonitos (como los mios), pero esa mamá si. Si ven, es como un daño cerebral.
Los hijos crecen y dejan de ser tan tiernos y gorditos como eran antes, se estiran, les salen dientes grandes, luego les empieza a crecer todo y por lo menos hasta ahora yo los sigo viendo divinos. No se si el daño me quedó en el cerebro o de verdad es que son tan lindos, lo único que tengo seguro es que me siento feliz y agradecida de tener unos niños tan preciosos, si son lindos o feos no me importa, yo los veo divinos y creo que los seguiré viendo así, de todos modos para corroborar le preguntaré a mi esposo, o a mi mamá…. Jaaaaa!!!

Donde dejé la memoria…?

memoriaCuando yo era chiquita era súper inteligente, me iba súper bien en el colegio, mi materia preferida era matemáticas, me encantaba todo lo que tuviera que ver con ejercitar mi mente. En la U mis amigos me gozaban por nerd y yo lo aceptaba con orgullo, siempre he sido y me ha encantado ser nerd, he estado en muchas actividades, me ha encantado aprender y tenía una memoria prodogiosa…. Tenía?. Sí, tenía. De eso si me acuerdo…
Cuando quedé en embarazo, empezó la torpeza y los olvidos. Bueno, la torpeza ya la tenía de antes, pero la mala memoria no. He escuchado y leído muchas teorías, que el cerebro se inflama, que las hormonas, que el cansancio, lo emocional, y en realidad no se que es lo que hace que tu estructura mental cambie y que quede distinta a lo que era antes. Y ahora, 6 años después de haber dejado de estar embarazada, siento que mi memoria de antes no va a regresar.

La falta de memoria ha hecho que tome algunas medidas en mi vida, como estas: Seguir leyendo

Las herencias

Teoricamente la palabra herencia se refiere a lo que una persona que se muere le deja a sus descendientes. También se usa esta palabra para definir las características genéticas que podríamos obtener de nuestros antepasados. En mi familia la palabra herencias ha adquirido un nuevo significado al referirse a las cosas que una persona pasa otra porque ya no las va a usar más y que están en muy buen estado. Dentro de cosas podemos incluir ropa, zapatos, juguetes, muebles, libros, etc. Todo esto pasa entre primos de una generación a otra y lo damos y recibimos con mucha alegría. En la cultura paisa (en la que vivo) se valora el ahorro y el cuidado de las cosas y esta costumbre hace parte de permitirnos aprovechar bien las cosas que tenemos, además muchas veces los niños dejan objetos en muy buen estado, porque crecen rápido, los usan poco o son muy finos y da pesar botarlos sabiendo que sus primos pueden continuar con el uso de estos. En mi familia se ha creado una cadena de herencias, las cosas pasan entre hermanos y a primos y vemos en los más pequeños las cosas que habían pasado por los nuestros. Seguir leyendo

Los «echa visitas»

A muchos papás nos gustaría tener una cámara fotográfica y de video incorporada para grabar y recordar cada instante de la vida de los hijos. Con los hijos y especialmente con el primero uno se vuelve algo intenso en eso de las fotos y quiere tomarles en cada ángulo, pose, pinta, risa, mirada, etc. Como si se nos fuera a olvidar a veces nos sobreactuamos en el hecho de grabar y retratar todos esos momentos especiales o no especiales (para uno como mamá todos los momentos son especiales).
Tengo un tío que ya tiene sus hijos adolescentes y le decíamos «Tele Mario» pues hace 18 años andaba con su cámara de video todo el tiempo grabando a sus hijos, en todo lo que hacían, todo el tiempo (literal). En esa época la cámara era un «poquito» más grande que las de ahora y creo que casi que tenían que llevar una pañalera extra para la cámara, los cables, pilas, etc. Pero mi tío era feliz grabando a sus hijos y el resto nos burlábamos de Tele Mario. Esas cosas uno no las entiende hasta que tiene sus propios hijos y quiere grabar todo, absolutamente todo. Seguir leyendo

¿Cómo enseñar a comer frutas y verduras?

Uno de los retos más grandes que tenemos como padres es enseñar a nuestros hijos buenos hábitos. La alimentación es uno de ellos, pero a la vez es complicado pues estamos en una sociedad que ofrece muchas opciones poco saludables a los niños y la alimentación sana termina siendo poco agradable para ellos. Con mis hijos ha sido todo un reto, aquí les cuento mis tips para enseñarles a comer frutas y verduras a los niños…

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Cuando yo era chiquita no comía nada. O por lo menos eso es lo que dice mi mamá. Mi mamá cuando era chiquita fue igual y así fue mi abuela. O sea, en nuestra familia, generación tras generación, fuimos unas «desnutridas» (así dice mi mamá) y  fue un dolor de cabeza para las mamás la alimentación de los hijos.

Había que rogar, suplicar, pelear, frustrarse, buscar estrategias creativas, lo que fuera para lograr que comieran asi fuera alguito. Recuerdo que mi mamá (no solo lo recuerdo sino que ella siempre lo cuenta) cuando me servía el arroz le ponía pequeños chiclecitos de colores para hacerlo más atractivo, los cuales yo con mis dedos como pinzas cogía y me comía, dejando el arroz limpio. También recuerdo las decoraciones y dibujos con salsa de tomate o lo que mi mamá pusiera para que su hijita comiera. Seguir leyendo

Llegó el momento de pensar en mi

Cuando uno tiene hijos se olvida de uno. Es como una abalancha de tareas, todo el tiempo tu bebé te necesita, hay que alimentarlo, cambiarlo, ayudarle a dormir, se despierta cada tres horas, llora y uno no entiende que será lo que le pasa, viene gente a visitarte, y entre el bebé, las visitas, la nueva rutina que llegó sin uno estar preparado (por muchos cursos prenatales que uno haga, no se imagina todo lo que será sino hasta vivirlo), uno se olvida de uno. Y como la vida sigue así, el bebé con sus necesidades, el trasnocho, el cansancio, la adaptación a esa nueva dinámica familiar, etc, uno se acostumbra y cree que la vida ya es así. Me acuerdo la angustia que me daba al pensar que había perdido mi vida para siempre. Afortunadamente tuve amigas que me decían que eso no iba a ser así siempre. No podía sentarme a comer tranquila, bañarme, o arreglarme sin que hubiera alguna interrupción, y ni se diga de otras cosas de «lujo» como por ejemplo ir a la peluquería, estar con las amigas o hacer una siesta. Porque con un bebé pequeño, hasta ir al mercado se vuelve un momento añorado y casi imposible. Seguir leyendo

La importancia de leer las etiquetas de los alimentos…

Estuve en el supermercado comprando unas cositas para la casa y la lonchera de mis hijos. Los que han leído mi blog saben que me he preocupado por el consumo de azúcar excesivo (a raiz de que mis hijos vivían enfermos) y lo peor es que los productos para niños, que son supuestamente los integrantes de la sociedad que más debemos cuidar, contienen azúcar desmedido que lo que hace es causar adicción en los más pequeños (es un crimen!) y hacer que corran el riesgo de enfermedades como obesidad, caries, diabetes (entre otras) o comportamientos eufóricos, irritabilidad, cambios de humor. He leído del tema, he visto videos como Fed Up (https://youtu.be/-K5K_BItktk), he escuchado a expertos, médicos, he ido a conferencias y me he acostumbrado a estar más pendiente de las etiquetas. Pensando que ya me las sabía todas en el tema, había decidido por ejemplo empacar un yogurt a mis hijos en la lonchera sólamente una vez a la semana porque según la investigación que hice hace un año era el que menos azúcar tenía de esa marca. Seguir leyendo

Tener metas claras y concretas.

Muchas veces las mamás nos debanamos la cabeza pensando como hacer que nuestros hijos hagan algún cambio importante en su vida. Yo he usado una metodología que me ha funcionando bastante: el escalador de logros. Ha sido súper efectiva y a mis hijos les encanta.
Este método consiste en establecer metas claras y concretas. Por ejemplo:
– Comer sin pararse de la mesa
– Comer usando los cubiertos
– Dormir en su cama sin pasarse
– Comer verduras
– No comer mocos o uña (jaja)
– Vestirse solito
– No dejar sus cosas personales en el colegio. Seguir leyendo