Recuerdo cuando mi hijo mayor empezó a dar sus primeros pasos. La primera vez que se lanzó a pasar de un lado a otro, se cayó contra la punta de la mesa de noche de mi cuarto y se dio un golpe en la frente. Era un niño un poco torpe (cualidad que heredó de la mamá) y vivía lleno de golpes, corría y se daba contra las paredes, se caía mucho. Siempre ha sido un niño muy arriesgado y valeroso y no le ha dado nunca miedo montarse en muros, tirarse de sitios altos, o intentar maniobras que van más allá de su capacidad. Eso tiene su lado bueno, pero yo vivía preocupada porque el pequeño no controlaba su cuerpo en relación con el espacio.
Me habían hablado de Niños en Movimiento desde que estaba en embarazo, porque su fundadora, Juanita Quintana tiene un gran conocimiento en el tema de Kinesiología (que es el estudio científico del movimiento humano según wikipedia) y los niños que estaban allá al parecer se divertían mucho… Seguir leyendo
Mami quiero una Nerf!
Me encantaba cuando mis hijos estaban muy pequeños y toda la información que recibían estaba filtrada por mí. Veíamos Doki, Mickey Mouse o Winnie Pooh, y jugábamos a armar trenes, a dibujar o a hacer rompecabezas. Pero esa dicha no dura mucho. Los niños entraron a la guardería y al colegio y empezaron a recibir información de muchas fuentes, sus profesoras, sus amigos y su mente empezó a llenarse de otro tipo de cosas que no pasan por el filtro o el criterio que yo quería. En el colegio empezó a llegar nueva información de personajes y experiencias que no eran tan puros o inocentes como los que yo les enseñaba, y dentro de eso, comenzaron los juegos de luchas y batallas…. Seguir leyendo
Actividades mientras esperas
Salir a la calle con niños a veces puede ser incómodo cuando algunas veces se debe esperar un rato a que algo suceda. Por ejemplo en un restaurante mientras traen la comida, en el tráfico, haciendo filas para entrar a sitios, en un aeropuerto, etc. Mis hijos son muy inquietos y en estos casos más. Empiezan a portarse mal, uno se ofusca y los regaña y se vuelve un círculo de necedad y regaño muy maluco de manejar, además incómodo con la gente alrededor. A veces son situaciones en las que es necesario esperar y en calma, por ejempo en un avión, o como lo que me sucedió el día que mi hijo se cayó y hubo que hacerle una cirugía para coserlo. Había que esperar 6 horas para que su estómago estuviera vacío y pudieran ponerle anestesia general. Estabamos en un hospital y el tenía que quedarse quieto durante todo ese tiempo, algo que uno pensaría que es imposible con un niño de 6 años al que poco le gusta quedarse quieto. Seguir leyendo
Los «jugos» de cajita.
Continúo con mi investigación para encontrar el azúcar en los productos que ofrece el mercado para los niños. Hoy lo hice con los jugos de caja. Aunque no les compro jugos de caja a mis hijos y prefiero que no los consuman, es inevitable que los tomen pues el mercado nos los ha vendido como una opción saludable para los niños sobre todo de edad pre-escolar y escolar. Por lo tanto ante tan pocas opciones que brinda el mercado, muchas mamás o instituciones educativas eligen darle a los niños jugo de caja. Para mi la mejor opción siempre será AGUA. Seguir leyendo
Yo quiero que me toque con esta….
Hace casi un año escribí un artículo sobre la entrada al colegio y la ansiedad que causa en las mamás saber con que profesora van a estar nuestros hijos (puedes leerlo aquí). Faltan un par de meses para que se acabe el año escolar y ya algunas mamás empezamos a pensar, con quien estarán mis hijos en el próximo año, será querida, nos caerá bien??…. Y recuerdo hace casi un año, que tenía tantas ganas de que uno de mis hijos estuviera con una profesora, y que hice tanta fuerza para que le tocara con esa y por último no sucedió, y confieso que lloré, lloré más de lo que se imaginan, porque mi niño quedaba como un barco a la deriva, en manos de «otra», que yo no conocía y que sí decían que era muy querida pero yo quería que me tocara con esta…. y dentro de todo, yo sabía que al final lo iba a entender pero en ese momento no quería sino llorar…. Seguir leyendo
Fin de semana de caídas….
Los niños pequeños se caen. Se caen mucho. Para aprender hay que caer. Este fin de semana tuvimos varias caídas. Dos importantes, una con cada hijo. Una fue muy chistosa y la otra terminó en urgencias y cirugía. Gajes del oficio de ser mamá…. Seguir leyendo
El azúcar en los Yogures – Parte 2
Debido al éxito del post anterior sobre el azúcar de los Yogures, volví a investigar otros yogures y lácteos que no consumo pero que a muchos les interesa. Esto fue lo que encontré: Seguir leyendo
Cuanto azúcar hay en los Yogurt
Esta tarde estuve en el supermercado porque necesitaba comprar unas cositas para la lonchera de mis hijos. Uno de ellos lleva Yogurt al colegio y se habían acabado.
Hace poco estuve donde la pediatra y me sugirió unas marcas o tipos de yogurt más que otr@s, ya que unos contenían más azúcar. Entonces aproveché la oportunidad para mirar y esto fue lo que encontré: Seguir leyendo
Ropa sucia, niños felices.
Una de las cosas que le incrustan a uno en el chip de mamá (podría ser un defecto de fábrica) es la obsesión porque los niños se vean limpios y arreglados. No se si nos lo vendió la sociedad de consumo con sus comerciales de detergentes o si es cultural, pero las mamás pocas veces admitimos que nuestros hijos salgan a la calle con la ropa sucia, rota o desarreglados. Pareciera que sobre ellos hubiera un letrero que dijera: «este niño tan sucio tiene una mamá que no se preocupa por el», o al menos eso he sentido yo cuando veo a mis hijos con su camiseta llena de mugre o sus pantalones empantanados. Pero también muchas veces he pensado, cuando los he recogido en la guardería o el colegio, que si el niño está sucio, quiere decir que pasó muy bueno. Pero eso es a la recogida. O sea, el niño debe llegar limpio y salir sucio. Eso es lo que pensamos la mayoría de las mamás. Por eso cuando me doy cuenta que mi hijo se ensució la camiseta en el desayuno, le pongo otra que esté limpiecita. Seguir leyendo
Aprender a montar en bici
Montar en bici es una de las cosas más importantes en la vida de los niños. Es un logro que celebramos los padres y llena de satisfacción a los pequeños. Todos los niños piden una bicicleta al Niño Dios en sus primeros años de vida y hay algunos que ya la tienen desde que nacen. Pero lograr montar en bicicleta, sin llanticas y con total seguridad es algo que no sucede de la noche a la mañana.
Mis hijos, como la mayoría, recibieron su mini bicicleta como a los 2 o 3 años como traido en navidad. Era una bici chiquita (realmente del tamaño de ellos) con llanticas. La verdad es que a esa edad los niños no son muy constantes en una misma actividad, no duran mucho tiempo haciendo lo mismo, pero los papás insistimos y el mayor aprendió a montar en bici sin llanticas un día en la finca, ante el asombro y la satisfacción de muchos pues creo que estaba todavía muy pequeño. Aclaro: Para que un niño «aprenda» a montar en bici, se requiere, que un adulto de mucha confianza, o sea, el papá, la mamá, un tío o el abuelo, lo persiga una tarde entera por un terreno plano, ojalá una manga (por si se cae que no se raspe). Hay que intentarlo mucho, tener paciencia.
Luego de que Emilio supuestamente aprendió a montar en bici sin llanticas, la bicicleta se guardó en el cuarto útil y no volvió a salir muy constantemente, por lo que a Emilio «se le olvidó». El hermanito tampoco usó mucho su bici que le trajo el niño Jesús, y pasó el tiempo, hasta que llegamos a los 4 y 5 años, con dos niños que no sabían montar en bicicleta y además tenían un par de bicicletas chiquitas (ya no eran de su talla) guardadas en el cuarto útil que ya no podían usar. El año pasado entonces, pasando por una tienda de bicicletas, les compramos una bici más grande (pero aún con llanticas), para los dos, con la intención de retomar el tema de la bici y que ellos aprendieran (o más bien re-aprendieran). Otro punto importante: para los papás puede ser tedioso con los niños pequeños salir a montar en bici pues para que aprendan bien se requiere mucho esfuerzo físico, paciencia y tolerancia.
Pues resulta que llegó este año y en el colegio había un evento con bicicletas y una semana antes me di cuenta que mis hijos no sabían montar en bicicleta sin llanticas. Habían usado un par de veces la bici nueva pero todavía con llanticas y sin mucha emoción. Entonces decidí que era el momento de dedicarle un «tiempito» a que los niños aprendieran a montar en bici, un fin de semana completo de entrenamiento, correr agachados, darles ánimo, y practicar, practicar, practicar. Motivados por el evento del colegio y sabiendo que mis hijos tenían muchos amigos que ya dominaban la bici (o sea, que pena mis hijos bien ancianos y sin saber), nos pusimos en la tarea de ponerlos en forma, toda una semana entrenando.
Primer paso para que un niño aprenda a montar sin llanticas auxiliares: Quítelas. Esas llanticas no tienen sino un próposito: estorbar. Quitas las llanticas y los niños se tienen que esforzar para lograr su equilibrio, coordinar la fuerza, el movimiento del cuerpo.
Segundo. Que puedan tocar el piso con los pies, o sea que la altura de la bici no sea demasiado alta que no alcancen ni demasiado baja que las piernas no queden estiradas.
Tercero: confianza en ellos (les da seguridad) y rezar un poquito también para que no se caigan muy feo (es inevitable no caerse).
Después de la semana de entrenamiento, digamos que los niños estaban con un nivel aceptable para ir al evento del colegio y además los abuelos le regalaron una bici al mayor para que cada uno tuviera la suya. Los niños estaban felices y súper entusiasmados, pero después de esto hubo que seguir practicando para que lograran mayor confianza y seguridad.
Luego de un par de meses de practicar, los niños ya están súper gomosos montando en la bici, la llevamos a todas partes y ya salimos los domingos a la ciclovía. Ha sido un proceso muy divertido y feliz y afortunadamente sin aporriones, siempre muy cerca de ellos para que aprendan a controlarla del todo.


